Capítulo 13.

177 8 0
                                    

**Narra Noelia**

Todavía sentía sus brazos rodeándome, apretándome y atrayéndome a su cuerpo como si yo fuese lo único que necesitaba. Oía su voz susurrándome en el oído que todo iba a estar bien y que siempre nos mantendríamos juntos.

Recordé aquel sueño que me invadió de repente, después de tantas noches durmiendo mal, parecía que mi cuerpo había sentido la llegada del momento de un buen descanso. Fue en ese instante en el cual mis ojos comenzaron a abrirse y mi vista comenzó a aclararse cuando por fin pude ver, pude darme cuenta, de que nada de esto había sido un sueño. Estaba ahí. Sus ojos seguían cerrados, su respiración era tranquila y sus brazos me seguían rodeando de forma protectora. Esa visión era el paraíso, el oasis en un inmenso desierto, el banquete para un hambriento... Todos los recuerdos vinieron a mi mente, de nuevo los buenos momentos juntos aparecieron y no pude evitar sonreír. Estendí mi mano y acaricié su mejilla suavemente.

-Te amo-susurré sin pensar, pero sin arrepentiemiento, pues era la verdad que temía expresar.

Una lágrima recorrió mi mejilla, todo se sentía demasiado intenso aun siendo la cosa más común que podía pasarnos meses atrás. Me acerqué a él, junté nuestras frentes y le besé. Echaba muchísimo de menos sus labios, necesitaba unirlos desde hacía demasiado tiempo.

Enseguida me correspondió y así supe que había despertado. La falta de aire se nos hizo indiferente, no queríamos separarnos e incluso me coloqué encima suyo para estar en una posición más cómoda. Sus ojos no se abrieron, pero su brazos pasaron a mi cintura y comenzaron a levantar la camisa.

Todo era perfecto, excitante, hasta que algo me dio en la espalda obligándome a parar. Me giré y al ver la escena me separé rápidamente. Estábamos creando el simple comienzo de una película porno delante del resto del grupo. No me vi, pero puedo asegurar que mi cara  era la viva imagen de un tomate. Me senté en uno de los extremos de la cama y miré con sonrisa dulce.

-Buenos días.

Todos rieron y se acercaron a la puerta.

-Nos vemos luego parejita, no tardéis mucho. Vamos a desayunar.

Así salieron de la habitación dejándonos a nosotros dos solos.

Le miré de nuevo y sonreí como una niña tímida. 

-Hola-susurré.

Niall gateó por la cama hasta llegar a mí y me rodeó por detrás, apoyó su cabeza en mi cuello y noté su sonrisa extenderse. Coloqué mi mano sobre la suya y mi sonrisa apareció.

-Yo también te amo-susurró en mi oído.

-Me has oído-respondí de forma casi inaudible.

-Me ha costado no lanzarme a tus brazos, pero necesitaba saber que ibas a hacer después-dijo poniéndose ante mí para poder mirarme a los ojos.

Le besé de nuevo y él correspondió. Me fui tirando hacia atrás y él se colocó sobre mí.

-Te he echado de menos-confesé entre beso y beso-No podía estar ni un segundo más sin ti-Sin responder intensificó el beso. Minutos después, quién sabe cuántos, me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Mi torso se encontraba al descubierto y mi cuerpo estaba cada vez más cercano al suyo-Pidieron que no tardáramos-comenté.

-Está bien-soltó con resignación y se quitó de encima.

Me volví a colocar mi camisa, no tenía otra ropa más que la que llevaba puesta. En cambio, Niall se cambió rápidamente y juntos bajamos a la cafetería del hotel.

Encontrar aquella mesa solitaria llena de guardaespaldas alrededor fue sencillo. Los cuatro chicos ya estaban con sus desayunos casi terminados. Mi pareja y yo elegimos los nuestros y nos sentamos junto a ellos.

-Que guapos estáis todos. No habéis cambiado nada-exclamé alegre.

Todos rieron y Louis tendió sus manos.

-A ti no se te ve tan bien preciosa-comenté Harry sin quitar la sonrisa de su cara.

-¡Que cruel Harry!-le recriminó Louis uniendo finalmente nuestras manos y jugando con ellas-Estás genial mi niña.

-No mientas Louis-solté un sonrisa melancólica y continué el juego de manos-He pegado un bajón desde la última vez que nos vimos, créeme.

-Bueno, pero eso se acabó ahí. Ahora estás aquí con nosotros, con Niall y ya puedes estar bien. Nosotros nos encargaremos de todo-me informó Zayn.

-Son mis problemas...

-De eso nada en el mismo momento en el que empezaste a salir con el teñido comenzaron a ser también nuestros-rebatió Liam.

-Entonces, mis problemas son vuestros y los vuestros son míos. A partir de ahora no tendremos más secretos de lo necesario, ¿no?

-Exacto-respondieron todos-Creímos que había quedado claro hace mucho.

-Muy bien-separé mis manos de las de Louis y noté el cuerpo de Niall destensarse, "celoso" pensé aunque no me quejaba, junté mis manos y apoyé mi barbilla sobre ellas-¿Por qué tanta felicidad Styles?

-¿Qué?-preguntó, se notaba que la pregunta le había pillado por sorpresa. Comenzó a ponerse rojo y el resto aguantó la risa.

-¿Qué ocurre?-pregunté al ver tales reacciones.

-¿No lo viste?-preguntó Harry.

-Ya se había dormido-contestó mi novio por mí, yo me limité a mirarle muy confusa-Te dormiste en el abrazo. Iba a despertarte, pero dijeron que llevabas demasiadas semanas durmiendo poco.

-Vaya, lo siento...-él sonrió-y... ¿qué me perdí?-volví a girarme hacia Harry y le di un sorbo a mi zumo.

-Besé a Sofía-soltó de golpe.

Me atraganté ante la inesperada noticia y comencé a toser sin parar, me costó un poco conseguir que todo volviera a la normalidad. Una vez lo conseguí me levanté de la silla y comencé a saltar y gritar como una loca mientras los chicos se reían de mí. Vi a un guardaespaldas acercarse, pero bastó con que Niall enarcara una ceja para que su paso fuera interrumpido.

Una vez tranquila me volví a sentar y di un pequeño mordisco a mi croasán como si nada hubiera pasado.

-¿Qué sentiste?-pregunté con tono indiferente, aunque en el fondo me moría por conocer la respuesta-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no está ella aquí?

-Bueno-lo pensó-lo que sentí fue magia. Me sentí con una nueva ilusión, una nueva oportunidad de ser el hombre más feliz junto a esa persona especial que, sentí, era ella. Sentí la necesidad de mantenrla siempre junto a mí y no soltarla nunca. Sentí que no necesitaba respirar porque lo único que necesitaba para vivir era a ella. Lo hice simplemente porque me salió así. Llevaba mucho tiempo callándome lo que sentía y echándola de menos en secreto. Todavía recuerdo el día que la vi por primera vez, fue en la cafetería de Mirian, yo iba un poco camuflado y me tiré toda la tarde viendoos hablar, pero fijándome únicamente en ella.

-El hombre misterioso-susurré recordando vagamente aquel día.

-Así es-sonrió-desde aquel día no he podido pensar en otra y estaba cansado de reprimir ese sentimiento que invade cada célula de mi cuerpo.

-Harry eso es precioso-opiné con pocas lágrimas deslizándose por mi mejilla. Una de mis mejores amigas y uno de mis mejores amigos juntos, enamorados.

Niall me abrazó y le sonreí en respuesta pero en aquel momento no era él quien captaba toda mi atención.

-¿Por qué no está aquí, Harry?

-No pudo quedarse-dijo enseguida-pero en dos días volveremos a vernos y desde ese momento no pienso separarme de ella, pretendo convertirla en la chica más feliz  de este mundo.

Ready To RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora