Capítulo 5.

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**Narra Noelia**

Fue imposible hablar con Sofía teniendo a Harry al lado. No se separaba de ella ni un segundo e incluso los clientes eran atendidos por otra empleada.

Me resigné a pedir una porción de mousse de chocolate y una botella de agua. No podía dejar de pensar en cómo le diría a mi amiga la clase de chico con el que tenía pensado casarse. Había ido hasta el local conducida por la rabia y en ningun momento había pensado qué palabras podía utilizar para que no afectara tanto.

Durante dos horas estuve sentada viendo el tiempo pasar con la vista fija en el movil y la mente en aquel pensamiento que me invadía.

Harry se había ido hacía un tiempo, pero en ese momento mi amiga había comenzado a trabajar y por lo tanto yo seguía esperando.

Ya a las 19:30 me percaté del poco tiempo que quedaba para que, al fin, pudiera hablar con ella y mis nervios me aumentaron por ello. Salí fuera, al aire libre, y aproveché para dar rienda suelta a aquel vício que había empezado una tarde londinense y, que aunque no era muy frecuente, se mantenía ahí desde entonces. 

Saqué el cigarro y el encendedor de mi bolso y encendí uno. Necesitaba deshacerme de ese estrés y, aunque esta no era la mejor opción, fue la única que se me ocurrió en ese momento. Solo fumaba una vez al mes, pero desde pequeñita me prometí no hacerlo nunca. Yo misma me decepcionaba en cada calada, pero el paquete de cigarros se mantenía en mi bolso y en algunas ocasiones no podía evitarlo.

Le di un par de caladas y una vez lo tuve acabado lo tiré al suelo y caminé dos pasos para llegar a mi coche y poder apoyarme en él. Entonces recibí una llamada. Miré la pantalla, era Niall. Con una sonrisa en la cara atendí.

-Hola teñidito mío.

-Cada día me llamas de una manera diferente, preciosa.

-Hasta que me decida por una... Dime, ¿a qué se debe tu maravillosa llamada?

-Te conseguí una universidad en Londres. Por mí quedaste aquí y no volviste a España. Junto a Harry te ayudé deshacer tus maletas y después cenamos juntos e incluso nos quedamos a dormir. ¿Lo recuerdas?

-Como si hubiera pasado ayer mismo.

-Estupendo, pues recoge a Sofía y ve ya para casa de María, nosotros llegaremos en nada. Iremos directos a la parte de la cena, si no te molesta.

-Ahí estaré... Hasta ahora.

-Adiós.

Esperar a Sofía no me llevó mucho tiempo. Entre una cosa y otra la hora de irse ya había llegado y ya tenía a mi amiga al lado. Ambas nos metimos en el coche y fue entonces cuando decidí abordar el tema, ya que sabía que en casa no podría hacerlo.

-Sofía, tengo que contarte algo.

-¿Qué ocurre?

-Es sobre Brandon. No deberías casarte con él, ni siquiera deberías salir con él.

-¿Y eso por qué si se puede saber?

-Porque te engaña. Tiene una relación paralela con Sarah Green, la prima de Aarón. Además si le cabreas mucho estoy segura de que llegaría a maltratarte.

-Por favor Noelia, no digas chorradas.

-No digo chorradas. Se acostaron juntos en mi boda. Me encontré a Sarah en casa de Brandon cuando fui a hablar con él del tema. Y al decirle que te lo contaría me cogió del cuello y me contó que solo te buscaba por fama.

-¿Fama de qué?

-Solo él sabe... Sofía debes creérme.

-No puedo hacerlo. ¿Acaso tienes pruebas?

-¿No te basta mi palabra?

-Lo siento.

-No pasa nada. Es tu vida, no la mía.

Aparqué, ya habíamos llegado. Pude divisar el coche de Niall a poca distáncia, ya había llegado.

Cerré el coche y caminé hacia el ascensor sin esperar a nadie, sabía que llevaba a Sofía pisándome los talones.

-¡Ya estamos aquí!-anuncié entrando junto a mi amiga en casa.

Mi primera visión fue la del salón. Perfecta. Niall mantenía a Jade en sus brazos. La pequeña se mantenía con la mirada fija en esos preciosos ojos azules. Parecía curiosa y al ver a Niall sonreír, ella estiraba sus manitas hacia su cara.

-Te queda genial ser padre, rubito-comenté entrando finalmente.

-Algun día podríamos serlo-respondió levantándose con cuidado.

Se acercó a mí y yo desvié mi mirada a la pequeña.

-Hola Jade, hola-le dije con voz ñoña para conseguir así que ella sonriera.

-A ver la parejita del fondo-oímos decir a María-Podríais devolverme a mi hija e ir a ver que tal la cena.

Así lo hicimos y una vez en la cocina nos en contramos con Aitor y Harry conversando.

Entre todos finalizamos la cena y enseguida pudimos disfrutar de ella. De postre, como aquel día, Sofía había traído un par de sus maravilloso pasteles y todos pudimos deleitarnos con su espectacular sabor. Había uno por persona. Así que todos se comieron el suyo, menos yo, que tras dos mordiscos ya no pude más y le tendí lo que me quedaba a mi rubio.

Al acabar de comer. Aitor se quedó en la cocina limpiando los platos mientras María iba a la habitación para poder darle el pecho a su hija. Mientrastanto yo seguía atendiendo a los invitados.

Aunque, inevitablemente, la presencía de Sofía en mi misma habitación creaba un poco de tensión. Entendía que no me creyera sin pruebas, yo tampoco lo habría hecho, pero me sabía mal que no hiciera caso a mis consejos. Además, me sentía culpable, realmente estaba enfadada conmigo misma, porque no sabía cómo abrirle los ojos a mi amiga.

Me fui a dormir la primera. Estaba agotada, además de hablar con Brandon y esperar a Sofía en la pastelería también había estado buscando apartamento, gracias a dios lo había conseguido esta vez. Solo me quedaba comprar algunos muebles para hacerlo habitable.

A partir de ese momento no sé qué pasó en el salón, tampoco sé de qué se habló. Solo sé, que nada más arroparme entre las mantas y cerrar los ojos, oí la puerta abrirse.

-Noelia, ¿estás dormida?

Me enamoraba su voz fuera como fuera. Incluso en susurros podía llegar a afectar en mí de una forma inexplicable. Al principio pensé en decirle qué no, que todavía podíamos hablar un rato, pero no lo hice. Simplemente me quedé callada, con los ojos cerrados y esperé para ver qué hacía él.

Al instante sentí el colchón hundirse a mi lado. Noté como se tumbaba y se juntaba a mí. Me besó la cabeza y se colocó de nuevo.

-Buenas noches princesa.

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