Capítulo 19.

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**Narra Noelia**

Conduje durante media hora hasta el destino que, pensaba, era el correcto. La comida ya debía estar fría, tendría que conformarse.

Nada más llegar salí del coche y esperé impaciente a que me abrieran la puerta. Los segundos se me hacían eternos.

Louis abrió la puerta y formó una media sonrisa nada más verme. Sin llegar a pronunciar palabra me hizo un gesto para que pasara y así lo hice. Los dos nos sentamos en el sofá todavía en silencio 

-¿Qué ha pasado está vez peque?-preguntó dirigiéndo su vista a mí-¿Qué has hecho?

-¿Por qué he tenido que ser yo?

-No lo sé. Niall me ha venido cabreadísimo que ni sabía qué tenía que hacer y no dejaba de decir no sé qué de ti y un tal Víctor.

-Madre mía-dije en un suspiro-¿está él aquí?

-¿Niall? No, ha dicho que iba a dar una vuelta...

-¿Hace cuánto?

-Una hora más o menos.

-Está bien-me levanté-Creo que sé dónde está.

Me levanté, caminé a paso acelerado hacia la entrada y abrí la puerta. Me había equivocado, pero no volvería a fallar. Lo conocía lo suficiente como para saber cual era su lugar de paz.

-Noelia, tienes que explicarme que ha pasado-oí a mis espaldas.

-Luego te llamo Louis, un beso-cerré la puerta y volví corriendo al coche.

Conduje lo más rápido que pude. Esta vez el destino era fijo. Cada vez era más tarde y las calles oscurecían. Vi el coche de Niall aparcado y encontré sitio pocas plazas más adelante. Sabía que estaba cerca, solo tenía que encontrarle, algo sencillo en aquel lugar.

Cuando Niall y yo todavía éramos amigos me enseñó aquel lugar. Era un parque. Uno inmenso, precioso y lleno de naturaleza. En él había un claro medio escondido, nunca nadie paraba por ahí excepto, por supuesto, Niall. Tiempo después yo también me uní. Era un sitio tranquilo, relajante, un remanso de paz.

Ni siquiera los chicos sabían donde se encontraba ese lugar. Era increíble, tan expuesto y a la vez invisible.

Salí del coche con las bolsas en mano y fui corriendo a aquel mágico claro. Quería ver ya a mi niño, explicarle la situación y que todo acabara ya.

Los arbustos eran altos y se complementaban con inmensos árboles creando una pared circular. Una pared que aislaba un claro lleno de naturaleza y armonía. 

Me hice paso entre el espesor de tales matojos. Asomé la cabeza, Niall estaba de espaldas. Cada vez me sentía más culpable. Había sido un gesto inocente, pero conocía a Niall y debí imaginarme su reacción, Por otro lado, él tendría que confiar más. Me recordaba a Aarón, junto a él tenía que ir con muchísimo cuidado por los celos. No quería vivir con miedo. Estar siempre pendiente de mi relación con el sector masculino por temor a lo que mi pareja pudiese pensar. Niall debía entender que le amaba desde mucho antes de conocerle y que jamás me separaría de él pasara lo que pasara.

Dispuesta a discutir con mi novio todo lo que pasaba por mi mente di el primer paso haciendo visible mi pierna izquierda. Aun así ahí quedó la cosa, puesto que no fui la única que entró en ese instante.

Una chica rubia pasó por un matojo colocado en el lado izquiero. Niall se percató enseguida de su presencia y se levantó a gran velocidad.

Pensé que había sido casualidad, ya era hora de que este lugar fuera descubierto, pero al ver como Niall la abrazaba y la mantenía entre sus brazos comprendí que ese lugar no era tan especial como yo pensaba.

Todavía no me había visto y no quise permitir que ocurriera. Estaba claro que Niall era capaz de romper una parte de nuestra unión por una estupidez. Por una chorrada sin importancia alguna. Un ataque de celos más estupido que el haber pensado que era un chico diferente.

¿Qué mi dolor fuera inexplicable? Puede. Al fin y al cabo lo único que había visto era un abrazo. Pero yo no era como él, no era eso lo que me había molestado. Creia que ese lugar era especial, que era solo nuestro. Había llegado a sentirme totalmente querida solo por encontrarme en él y ahora veía que era solo un sitio más. Un destino que, como la cama de Louis una noche, habíamos compartido y eliminado las pruebas de nuestra estancia.  Esa zona la había compartido con mucha más gente que yo cuando había prometido, sería nuestra área de amor.

Di media vuelta y volví al coche. Tenía unas ganas injustificables de llorar. Soltar el dolor que contenía en mi interior. En la guantera se encontraban guardadas las llaves del coche de Niall, una copia de las llaves de aquel vehículo que se encontraba a escasos metros. 

Rebusqué en mi bolso. Había un cuadernito y un bolígrafo, los cuales utilicé para escribir un pequeña nota.  "Aquí tienes la cena, ¿por qué no la compartes con esa rubia? Yo pensando que realmente te había molestado lo de Víctor, ingenua...-Noelia" 

Metí el papel en una de las bolsas y cogí las llaves de su coche. Salí del mío y caminé hasta él para poder dejarles las bolsas de Nando's en el asiento del copiloto.

Una vez de vuelta a mi coche arranqué el motor. Debía irme de ahí, lo mejor era volver a casa. Con suerte mi hermano ya habría llegado y podría distraerme viendo una película con él. El paseo era lento, no tenía prisa por llegar a casa tampoco.

Abrí la puerta de mi hogar y vi las luces encendidas Tenía razón, mi hermano estaba en casa. Me metí en mi cuarto donde me puse el pijama y tras ello fui al salón con él.

-Hola mocosa, ¿qué tal?-preguntó nada más verme. Me senté a su lado y me mantuve callada con la mirada al frente. La misma imagen se repetía una y otra vez en mi cabeza. Me encogí de hombros y fijé mi vista en la televisión-Noelia, ¿qué ha pasado?

Le miré un solo instante, pero eso bastó para que él se percatara. Me abrazó dejando que mi cabeza reposara en su pecho y entonces dejé mis lágrimas descender.

-Adrían-le llamé con mi vista fija a la nada-Niall me ha hecho daño.

Ready To RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora