Episodio 8: problemas

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Un camino de mil millas inicia con un solo paso꧂

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La madre de el blanquecino percibía con orbes indecifrables al hombre frente a su persona, quien simplemente se dignaba a mirarle de pies a un lado de aquel mueble, mientras su diestra se encontraba dentro del bolsillo delantero de su pantalón. Un aura indecifrable pero al mismo tiempo lleno de tensión por parte de la omega lograba percibirse con claridad. Siendo no solo el ambiente silencioso de aquel pequeño apartamento el responsable de ello, sino más bien el conocimiento de aquellas nefastas intenciones.

La figura de aquel hombre era más que solo imponente, toda digna de un dominante a pesar de que los años lograban darle un aura madura pero que aún así no lograban arrebatarle si quiera un poco de su atractivo. Sin embargo para la fémina aquello era algo de poca importancia cuando habían cosas que estaban llegando hasta el punto de abrumarle, llenándole incluso de aquella impotencia que de una u otra forma procuraba mantener controlada, para no cometer con ello acciones de las cuales podría arrepentirse segundos después. Llena de indecisión había mirado hacia sus pies calzados por las pantuflas logrando presenciar también los zapatos de charol que portaba aquel hombre al frente de su persona, optando entonces por suspirar pesado antes de musitar sus palabras.

—¿Le gustaría tomar algo señor Chunghee?—obteniendo entonces como respuesta un negamiento quédito que no había hecho más que enardecer su reciente inquietud, la cual solo había sido estímulo para musitar segundos después un—de acuerdo—antes de que colocando un mechón de su castaño cabello tras su oreja, se dignase a enfrentar las consecuencias de su irresponsabilidad nada intencional—se que… se que he tardado mucho en pagarle la renta del apartamento señor Chunghee. Sin embargo quiero pedirle algo más de tiempo; mi situación en estos momentos no ha de ser la más estable, por ello se me está dificultando en demasía poder pagarle los meses de arriendo—presenciando el suspiro que otorgó el contrario, le miró con orbes aceitunas llenos de indecisión que solo procuraban darle a entender al alfa su desapacible situación.

—Escuche señora min. Creo que he sido bastante paciente e incluso buena persona para con usted, como para soportarle los tres meses de arriendo que me debe. En cambio está ocación por más que quiera comprenderle simplemente no puedo hacerlo, al igual que usted tengo cosas por las cuales responder; necesito el dinero señora min—había dicho él mientras humedecía con su lengua sus belfos delgados, notando en la fémina aquel destello de desesperación en sus orbes claros que no habían provocado en él nada más que aquel sentimiento de pena.

—Solo le pido que me dé un poco más de tiempo; el dinero que ganó por el momento solo me es suficiente para mantener lleno el estómago de mi hijo. Solo deme unos días, solo he de pedirle pocos días para entregarle su dinero—se había tomado la osadía de decir aquello mientras tragaba con dificultad el nudo grueso en su garganta. Se sentía tan desesperada en aquellos momentos que de cierta manera había logrado comprender indirectamente las emosiones por las que su cachorro pasaba la gran cantidad del tiempo. Sintiendo a su loba prácticamente desboronase en pesadumbre cuando la imagen premurosa de percibir a su pequeño en pésimas condiciones, pasó por sus pensamientos de manera efímera pero aún así torturándole.

Llenándole de nada más que solo melancolía.

—He de implorarselo señor Chunghee—sus manos habiendose unido frente a la figura imponente del hombre procurando hacer más creíble sus sentires. Sintiéndose ella en aquellos instantes al borde de un precipicio sin salida, como si se tratase de un bosque tenebroso lleno de tinieblas las cuales solo se dignaban con empeño a cegarle, haciéndole sentir más que solo atosidaga—me arrodillaré  ante usted si hace falta pero por favor, si usted nos saca de este lugar nosotros no te tendríamos a dónde ir; me importa poco si me corresponde a mí pasar hambre o frío, pero no a mi pequeño—para aquel momento sus fanales habían sido cubiertos por la capa gruesa de lágrimas que procuraba retener a toda consta. Se encontraba decidida a humillarse si fuese necesario para asegurar al menos un techo para su cachorro, no obstante aquello solo parecía ser decisión del hombre frente a sí que aún continuaba mirándole de manera insondable.

 «𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora