Capitulo 30: Lagrimas de Sangre

313 12 7
                                    

30















¿Puedes ayudarme?,

Creo que me estoy ahogando,

Y si lo estuviera, ¿te quedarías o te irías?,

¿puedes verme?,

¿Me estoy desvaneciendo?,

Porque siento que sigo buscando mi alma.

ZEVIA PAINS MY ONLY HOME

Centellas que reflejaban pesadumbre destilaban de sus fanales esmeraldas.

Centellas que reflejaban a viva voz...

Dolor...

Suplicio...

Tormento...

Tortura...

Despiadados sentimientos que carecían de compasión.

De sus labios entreabiertos habiendo sido liberado un suspiro tembloroso, que arrinconaba careciente de misericordia su marchito corazón, el mismo que atiborrado de sentires golpeaba impetuoso contra su pecho, con clara presencia de determinación e inestabilidad, su cuerpo, hallándose pasmado, sin emerger de él movimiento alguno que destilase viveza; su mente, aquella que parecía nublada y careciente de juicio, encontrándose sórdida, manchada de pensares poco optimistas que la vida miserable se había encargado de mantener ahí en contra de su propia voluntad, una tras otra, pintando de pensares y sentires el fino lienzo que fue prístino tiempo atrás. ¿Qué quedando de él?; una persona insana, llena de preguntas que buscaban una rápida respuesta que aminorase, aunque fuese un poco el dolor que se enterraba sin conmiseración alguna en su vivida alma. Y dolía, dolía de forma tan vigorosa que podría morirse ahí mismo si la diosa luna tuviese un poco de piedad para consigo, dándole a elegir de una vez por todas si podría ser fundido completamente en la profunda oscuridad, antes de continuar sufriendo en aquel mundo terrenal que debería ser llamado infierno. ¿Cuánto más debía luchar? ¿hasta cuándo duraría aquel martirio sempiterno? Era débil e iniciaba a rendirse sin ataduras, sin deseos o anhelos de que algo le salvase; se había marchado, le había abandonado, se había rendido sin mirar atrás, sin medir el dolor del que sería portador para toda la eternidad.

Y horas atrás había estado dentro de aquella enorme habitación, aquel perturbador silencio se mecía sobre su espalda como una pesada cruz que no estaba seguro de poder llevar consigo, las cristalinas ventanas de aquella biblioteca hallándose abiertas, permitiendo que los pocos rayos de luz en aquel día lúgubre se filtrasen libertinas, impactando con suavidad sobre el suelo marmolado y las blancas persianas que eran acariciadas con parsimonia por la brisa tenuemente fría. Sus labios, aquellos rosáceos fueron relamidos con constancia mientras se removía con ligereza sobre aquel cómodo mueble, la blanca sabana encargándose de traer consigo algo de calor junto a la tasa de chocolate caliente sobre aquella mesa de madera fina, el rico aroma de la bebida inmiscuyéndose con satisfacción junto al aroma de los libros incontables en cada estante.

Pero el desamparo le acompañaba.

Llevándole a preguntarse consecutivamente en dónde se encontraba...

En dónde se hallaba él.

Por qué le imponía mantenerse ahí cuando quizás todo había culminado...

 «𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora