«𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•

Episodio 3 : Encarar

◦✿ La sabiduría se aprenderá mediante tu recorrido en este mundo.

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Parecía ser que todo pasaba de manera perenne a través de la cristalina ventana del taxi, sus verduscos orbes sólo contemplando de manera atensiva todo aquello que usualmente deseaba no ver. Pareciendo ser que ni las cuatro húmedas paredes color durazno pálido de su habitación, le hacían sentir protegido.

salvo.

La esponjosa bufanda color blanco rodeaba de manera cálida su cuello, su cabeza siendo tiernamente acompañada por un sensillo gorrito de punta color veish de fina lana, su madre habiéndolo tejido con mucho amor para él hacía pocos meses atrás, teniendo éste poca relevancia ante los ojos ajenos pero siendo tan significante ante los propios.

La suavidad de este recordándole a los delicados pétalos de las rosas, y a la cándidez de la áspera arena al ser sensiblemente arrullada por los finos e inminentes rayos del sol.

Sus manos siendo apoyadas sobre la cristalina ventana del auto no logrando percibir lo frío de ésta en la planta de sus manos, gracias al par de blancos y cálidos guantes que portaban. Las casas, edificios, árboles, personas y autos, pasándo de manera efímera ante sus verduscos orbes gracias al auto que desde hacía un tiempo contiúaba en marcha, el sonido de las llantas sobre el grisaseo pavimiento sólo logrando que aquello se intensiface aún más.

Y sintiendo cómo una de las suaves manos de la mujer a su lado dejaba una delicada caricia sobre su sonrojada mejilla, giró su rostro para percibir cómo esta le miraba con una tierna sonrisa adornando sus rosados labios, sus ojos llenos de esencia maternal estudiandole con cándidez.

—¿En que piensas Yoonnie?—preguntó entonces la omega con suave voz, percibiendo cómo el blanquesino chico le miraba por unos segundos sin parpadear.

Y a pesar de que la mirada de Yoongi estuviese siendo acentuada en la de su madre, su mente sin remordimiento alguno le llevaba instintivamente hacia aquellas sabias palabras que la omega hacía poco tiempo le dijo:

«El valiente no es quien no teme, si no quien encara sus miedos y aprende de ellos»

Aquello habiendo rondado por su mente hacía un tiempo bastante agonizante, sin embargo allí hallandose de nueva cuenta embargandole de aquel usual y martírico sentimiento lleno de miedo y apesadumbre.

Y es que las podibilidades inciertas de saber que le esperaría en aquel nuevo lugar, le tenían realmente nervioso hasta el punto de que unos cuántos mechones de su azabache cabellera, se apegasen a su frente por la leve pero persceptible capa de sudor que por esta nevegaba.

¿Pero sería el tan valiente cómo para encarar uno de sus miedos, o simplemente haría lo más sensillo?.

Escapar.

La omega carraspeándo un tanto incómoda ante la profunda mirada que ahora contenían los verduscos orbes de su hijo. Siendo ella conciente de que el blanquesino chico se había perdido de nueva cuenta en sus pensamientos, pero que lo hiciese mirandole de aquella forma, se le hacía bastante inquietante.

—¿Yoonnie?

El susodicho pareció entrar en razón una vez escuchó el claro y preocupado llamado de su madre, quien con su entrecejo fruncido soltó un pesado suspiro al aire. Entonces el blanquesino también frunció su ceño no siendo consiento del fugaz sentimiento de irritación que le embargó, mirando por última vez a la omega antes de llevar su atención de nueva cuenta a la cristalina ventana del taxi, soltándo un cándido suspiro, lleno de agonía y ansiedad.