Episodio 19: resistiéndose ante la impertinencia

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Se hallaba acostada de pancita sobre el duro suelo, su rosácea y pequeña lengua logrando divisarse entre sus pequeños labios rosáceos demostrando con ello lo atenta y decidida que se encontraba, mientras su pequeña mano sostenía aquel lápiz de tinta azul con el que se dedicaba  a pintar las nubes que había dibujado sobre las hojas blancas de aquel libro. El entusiasmo por realizar su labor del día logrando incluso liberarse a través de los poros de su lechosa piel, del mismo modo, en que las ganas crecientes de poder mostrarle a su padre aquello que tanto deseaba y que continuaba latiendo con impulso contra su pecho, se encontraba más que enterrado en la profundidad de sus pensamientos y sentires.

Siendo aún una cándida cachorra

De sus pétalos una pequeña sonrisa habiéndose estirado mientras sus esmeraldas miraban con aquel conocido destello de aprecio y amor, a la pequeña cachorra que se mantenía en el interior de la biblioteca. El recuerdo de aquel ser querido habiéndose hecho presente en sus pensamientos junto a la imagen de su dulce rostro y mofletes pomposos. Siendo inolvidable para él y los sentires que aún continuaban vivientes.

Golpeando con vehemencia contra su pecho.

Sin querer darle un poco de calma cuan furioso mar.

Y ajustando un poco el agarre que mantenía en la bandeja entre sus manos, tocó con un suave golpeteo la puerta de aquel lugar antes de adentrarse con tranquilidad, percibiendo como la atención de la cachorra se postraba sobre el junto al aroma suave que esta inconscientemente desprendió, demostrando con aquel acto poco lucido su alborozo. Y le miró con aprecio antes de percibirle incorporarse con prisas, corriendo hacia él y abrazándose a sus piernas mientras él por instinto intentaba no tambalearse con el único fin de no lastimarle con las bebidas calientes sobre la bandeja entre sus manos.

mirándole apartarse ligeramente la escuchó hablar con total regocijo mientras sus dientes blanquecinos quedaban notables en medio de su amplia sonrisa.

—¡Yoonnie! —había dicho ella casi saltando de euforia mientras sus manitos quizás en su inconsiencia aplaudían con la más sincera felicidad—has traído mi chocolate con masmelos, puedo olerlo desde aquí—el corazón del blanquecino sintiéndose entibieser ante tan adorable acto mientras asentía quédito en medio de una pequeña sonrisa, antes de encaminarse hacia aquella mesita en medio de los cómodos muebles donde posó la bandeja con cuidado, notando con prontitud la presencia de la cachorra quien con su largo y rubio cabello callendo en abundantes cascadas tras su espalda solo esperaba ansiosa a que tan rica bebida se le fuese extendida. Cosa que el chico accionó cuando la pequeña Eunha tomó asiento—ha de verse tan delicioso...

—"Lo ha hecho Donghae"—atinó a decir entre señas mientras que colocando un mechón de su cabello tras su oreja, dejaba frente a la niña aquella tasa de chocolate con los blancos dulces casi rebalseándo de manera apetecible, habiendo tomado luego aquella blanca plantilla con las galletas de vainilla que sabía eran del agrado de la cachorra—"Eunha tener cuidado o podrá lastimarse"—la chiquilla asintió sin entender demasiado antes de recibir entre sus manos el pequeño plato de cerámica, tomando una de las galletas y ofreciendo al pálido chico para que también él las degustara consigo a su lado.

—Eunha quiere que el príncipe coma las galletas con ella—añadió la cachorra observando cómo el mencionado pálido tomó el pequeño alimento en su diestra antes de llevarlo hacia su boca donde solo le dió un mordisco, agradeciéndole con una caricia tenue en sus rubios cabellos—Yoonnie…—llamó ella con sus mofletes pomposos—¿tú has ido a una escuela?

 «𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora