‹‹❛❀﹏ Aún cuando el mundo se acabe, nuestro amor continuará siendo sempiterno ❜❜
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Taehyung siempre había tenido una vida poco común, transitoria, pero al mismo tiempo careciente de muchas emociones, que habían impedido de cierta form...
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Sus nudillos golpearon seguidamente sobre la dura superficie de aquella puerta de madera fina por pocos segundos, mientras tomaba una bocanada de aire, su mirada habiéndose dirigido hacia los lados de aquel pasillo notando como la luz de los focos en el techo iluminaban con claridad el lugar que se mantenía en completa soledad, de no ser por su presencia en el conocido espacio. Soltando un suspiro sus nudillos golpearon por una ocasión más la puerta como muestra clara de que su paciencia iniciaba a agotarse al no obtener respuesta alguna; habiendo sido al tercer intento que la conocida voz se escuchó pidiendole paciencia de manera poco grata aún sin saber de quién se trataba.
—¡Por la madre luna, ¿acaso pretenden dañarme la puerta? me ha costado mucho dinero, no son tan baratas!—había mencionado ella mientras abría abruptamente la puerta, una expresión de sorpresa habiéndose dibujado en su rostro cuando la presencia del alfa apareció en su campo de visión mirándole de manera indescifrable. Y había sido aquello lo que prácticamente estimuló a que se le arrojara a los brazos mientras escondía su rostro en su cuello permitiéndo a unas cuantas lágrimas fluir con libertad por sus mejillas—Taehyung…— canturreó ella mientras permitía a sus pulmones llenarse de la fragancia impropia intentando de alguna manera controlar sus sentimientos y los de su instinto—dios mío estaba tan preocupada, ¡¿por qué demonios te has tardado tanto en darme la cara, eh?!—le recriminó ella—si supieras como me he encontrado estos días, si quiera te hubieses tomado la osadía de aparecer en mi apartamento, desconsiderado, eso eres, un completo desconsiderado que no pensó si quiera en llamarme para notificarme que se encontraba bien.
El hombre por su parte solo suspiró mientras sumergía sus manos en el interior de los bolsillos de su pulcro pantalón de traje, mirando a la omega con un deje de aprecio en sus orbes—¿me dejarás aquí de pies esperando a que termines de recriminarme por mis acciones, Hana?.
—Pues eso debería hacer, haber si así aprendes a que dejar esperando a las personas no está bien, ¡mucho menos si es en incertidumbre!—golpeando débilmente el pecho del hombre, la Omega limpió con sus manos las lágrimas en sus mejillas, un mohín estirándose de sus belfos mientras abría un poco más la puerta de su apartamento dejando algo más de espacio—pasa desconsiderado…—el hombre habría reído ante la actitud de la fémina frente a su persona sino se encontrase con los ánimos por los suelos a pesar de que expresión alguna se mostraba en su rostro.
aún así, no había hecho más que adentrarse al bonito apartamento que parecía sumergirse en el aroma dulzón de Hana, mientras se encaminaba hacia uno de aquellos muebles donde tomó asiento de piernas cruzadas, presenciando como la Omega se sentó a su lado brindándole caricias suaves en uno de sus brazos. En su bonito rostro una expresión de preocupación logrando presenciarse con claridad y de la cual, el hombre era más que consiente aún cuando no le miraba directamente, pues sus órbitas se hallaban centradas en la pared blanca frente a su persona.
