«𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•

Episodio 18: acciones erróneas

Cuando juzgas a otros no los defines, te defines a ti mismo.

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Silencio.

Un cómodo silencio inundaría  por completo la grande habitación de no ser por los ruidos apenas audibles que nacían desde el interior del cuarto de baño. Sus gruesos belfos habiendo sido relamidos como suaves y dulces pétalos de rosas solo alimentaron a que el sentimiento de aprensión en  en el latir constante de su corazón se hiciese aún más ardiente hasta el punto de hacerle sentir atosigado.

—¿Estás diciéndome que ella habló contigo?

Interrogaba con una de sus cejas alzadas el Omega Jin quien sumergido en la tibieza que le proporcionaba las cálidas sábanas de la cama, ascendió su mirada del libro entre sus manos mientras centraba su atención sobre su esposo, quien permanecía en silencio desde el interior del cuarto de baño, aún no siendo audible de agua que caían de la regadera hasta impactar sobre el piso marmolado de la ducha. Con un suspiro de por medio el omega se removió inquieto sobre la cama mientras arreglaba un poco las gafas sobre el puente de su nariz perfilada.

—Ji Chul—le llamó entonces cuando el mencionado hombre permaneció en silencio sin contestar a su pregunta. Cuánto odiaba que tomase aquel tipo de comportamientos, de cierta forma comprendía algunas de las acciones de su hijo al compartir con su padre ese tipo de cualidades tan desapacibles desde su propia óptica—¿acaso se te caerá la lengua al responder mi pregunta desconsiderado?—replicó con una mueca en su blanquecino rostro.

—me encuentro cansado SeokJin, lo menos que deseo ahora es hablar sobre eso, ¿de acuerdo?—fueron las palabras de Ji Chul desde el interior del cuarto de baño, quien saliendo del mencionado lugar con aquella expresión de indiferencia en su rostro, solo se arrimó al tocador de su esposo donde se permitió abrir aquella cajita color rosa crema depositándo en su interior algunos de los anillos en sus dedos—¿por qué mejor no descansas?; prometo que te hablaré sobre ello mañana pero déjame descansar ésta noche ¿de acuerdo?.  Además, debes estar tranquilo para escuchar lo que tengo que decirte y lo menos que deseo hacer ahora es hablar.

—¿Quién te ha dicho a tí que no me encuentro tranquilo?. Déjate de vueltas Ji Chul y dime de una vez por todas que está pasando. ¿Para qué esa mujer ha querido hablar contigo a solas cuando tranquilamente pudo haberlo hecho conmigo?

—¿Qué te preocupa realmente?.

Interrogó el hombre ahora tomando asiento en el filo de la cama matrimonial, con un profundo suspiro se por medio que no aligeraba si quiera un poco sus preocupaciones.

—absolutamente nada—contestó el Omega mientras se cruzaba de brazos.

—¿Seguro?

—Si, me encuentro bastante seguro.

La noche había llegado hacía solo unas pocas horas para ser exactos. Las nubes blancas en el cielo habían sido suplantadas por un manto oscuro junto a las estrellas en el firmamento que sensillamente hacían de aquel un panorama mágico y encantador a pesar de la brisa ligera que se adentraba por unas de las puertas abiertas del balcón. Ji Chul habiendo llegado hacía unos minutos atrás con una expresión en su rostro que variaba desde la preocupación hasta la más palpable incertidumbre, había alertado lo suficiente a su esposo para que intentara ser lúcido el porqué del sentimiento poco grato en su pecho; pues a pesar de que este mismo había procurado mantener la compostura, para aquel entonces se negaba rotundamente al percibír a su alfa más que renuente a resolver sus dudas.