«𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•

Episodio 14: nuevas experiencias

Inéditos sentires que te marcan para siempre.

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Un suspiro tembloroso se escapó de los labios entreabiertos del blanquecino, su cálido aliento callendo sereno sobre los labios del hombre quien encantado e hipnotizado permitía a sus belfos impactar serenos llenos de mancedumbre contra la piel pálida de aquellas mejillas que surcaban en un bonito tono rosáceo. Sus labios habiendo regresado a la constante  unión de la que no habían querido salir desde que lograron aclarar un poco más la situación anterior entorno a la omega.

Suspiros pesados se escapaban llenos de candidez de los pétalos del menor sintiendo como su espalda aún continuaba contra aquella dura pared que con el paso efímero de los segundos gracias al agradable calor de sus cuerpos, se hallaba un poco más cálida suplantando por completo su frialdad. Su pequeño cuerpo encontrándose apresado entre los brazos fuertes del dominante logrando sentir como sus fosas nasales soltaban pesados suspiros llenos de regocijo ante las intensas feromonas que llenaban por completo la habitación, llegando incluso a estimular que su mirada se hallase poco nítida mientras su lobo parecía encontrarse en el mismo paraíso.

Uno totalmente deseado.

El hombre con todas las fuerzas que su parte racional imponía procurando no perder las riendas de aquella situación cuando las ansias de marcar aquella blanquecina piel se encontraban más que latentes, deseando posar sus labios ahí para siempre e incluso darle a conocer un centenar de sentires que el chiquillo desconocía por completo. Su pecho sintiéndose vaporoso e incluso cálido ante las sensaciones que jamás había creído volver a sentir, con la única diferencia de que aquella apolínea ocasión eran completamente distintas.

aún más impetuosas.

Tan distintas que incluso había dejado de temerle para entregarse sin miramiento alguno, con el denuedo que tanta falta le hacía pero que aún así había sacado desde la profundidad de sus sentires porque sencillamente el hombre ahnelaba estar en la compañía apacible del chiquillo que resguardaba con tanto deseo entre sus brazos. El mismo que unía sus labios con una timidez tan magistral que le tenía en las palmas de sus manos pudiendo hacer con él lo que quisiese. Suspiros llenos de mancedumbre se le escapándose del pálido chico mientras sus labios se dignaban a continuar meneandose con parsimonía degustando sus sabores, disfrutando de su cálida y etérea textura.

Yoongi habiendo entreabierto sus pétalos rosáceos permitiéndo que aquel cálido músculo se inmiscuara en su cavidad bucal mientras sus manitos le apresaban con determinación la tela de aquella camisa, como si se hallase teniendo miedo de que se apartase de su lado sin saber realmente que era lo menos que el dominante ahnelaba accionar. Con un pesado suspiro de por medio las grandes manos de Tae se ubicaron melifluas sobre la estrecha cintura del pequeño blanquecino, acercándole aún más con las ansias palpables de sentirle contra su cuerpo, con las ganas enardecientes de no dejarle ir jamás. Habiéndose  separado entonces el dominante solo para dedicarse aquella ocasión a posar sus labios con pleitesía sobre la tersa piel de aquel blanquecino cuello, donde no tardó un mísero segundo en que sus propios labios le adoraran, dignandose a dejarle húmedos besos que pesados suspiros le arrebataban al chiquillo.  

El calor iniciando a hacerse presente de manera más perceptible en el cuerpo del inexperto blanquecino cada que sentía los labios del hombre succionar la piel de su cuello, aquella misma que para aquellos instantes se encontraba bellamente decorada en tonos rosáceos que él desde el fondo de su corazón apreciaría aún cuando llegaran a desaparecer por completos, sus orbes hallándose entrecerrados con las largas pestañas siendo las cortinas que cubrían con deleite las esferistas incognosibles en sus esmeraldas.