Episodio: 21 careciendo de criterios

447 39 15
                                    


⊰᯽⊱┈──╌❊╌──┈⊰᯽⊱

El cielo se hallaba despejado permitiendo que las blancas nubes surcando en éste cuán oceano sempiterno, se percibieran esponjosas, mientras las centellas del inminente sol impactaban serenas sobre la piel de los ciudadanos de Daegu.

La primavera hallándose ansiosa por llegar, mientras las capas de nieve gruesas que desearon sepultar a la ciudad durante la época del frío invierno, para aquel momento habían desaparecido por completo. Sin dejar rastro alguno; mientras el pálido chico que percibía el panorama desde aquella cristalina ventana, se había sentido extrañamente agradecido por ello.

Tan poco común, que incluso le sorprendía.

Su labio inferior era apresado con algo de fiereza entre sus dientes blanquecinos logrando con ello saborear incluso el sabor metálico de la sangre, mientras un suspiro pesado se le escapaba; su diestra encargándose inconsientemente de menear con la pajita aquel zumo de naranja, mientras los recuerdos de la noche anterior en compañía del alfa continuaban rememorándose constantemente en su memoria. Llenándole de una cantidad de sensaciones que eran los responsables de que las tonalidades del carmín se encontraran haciéndose notable en la piel blanquecina de sus pálidas mejillas. El bombardeo inestable de su corazón continuando ávido sin intensión alguna de aminorar un poco su errático latir.

Pareciéndo aún más vehemente.

El poco ruido a su alrededor pareciendo no interrumpir si quiera un poco sus pensares mientras su mirada aceituna, cuán diamantes esmeraldas, se encontraba fija hacia el frente sin prestarle realmente atención a algo en específico, sino más bien siendo incentivo para sumergirse aún más en sus pensamientos. Y es que como no hacerlo cuando cada poro de su piel se alzaba orgulloso ante las agradables sensaciones de la noche anterior. Una estúpida sonrisa deseando estirarse de sus finos pétalos al recordar perfectamente como los labios del alfa se habían unido con los propios una cantidad incontable de ocasiones, que terminaron nada más haciéndose aún más enardecientes con el paso premuroso de los segundos, y con el latir desbocado de su corazón. 


El blanquecino recordaba perfectamente como la sensación de una mano grande acariciándo sus negros cabellos le había despertado de su profundo sueño, estimulándo a que sus labios pomposos y ligeramente resecos fuesen humedecidos por la humedad de su lengua, mientras se removía quédito sobre las sábanas cálidas de la cama con un ligero ruido de por medio.

La noche anterior habiéndose sumergido tanto en su letargo junto a los fuertes brazos que le acogieron con delicadeza durante el transcurso de la noche, que por ciertos instantes, deseó mantenerse allí por una cantidad de tiempo que si quiera el mismo lograba deducir. Siendo aquel interminable. Y es que quién imaginaría que bajo aquella expresión de indiferencia que su instructor parecía tener siempre tatuada en su rostro apolíneo, se encontraba un alfa totalmente diferente. Uno de le hacía sentir querido e incluso especial. O quizás, simplemente estaba siendo testigo del "otro lado de la moneda". Sin querer pensar demasiado sonrió apenas, abriendo sus ojos con lentitud solo para contemplar aquellos orbes profundos mirándole de manera incomprensible pero al mismo tiempo tan gratificante que se hacía confuso e inaudito.

—Buenos días...—había dicho Taehyung con aquella barítona voz antes de inclinarse, depositándo en una de las mejillas del chico un pequeño beso que alborotó las mariposas en el vientre de este mismo—¿has dormido bien?—el menor sintiéndose completamente anonadado no había hecho más que asentir, antes de tomar asiento con cuidado sobre la cama mientras aquella manta se enredaba alrededor de su cintura, cubriendo a su paso la parte inferior de su cuerpo. Siendo conciente apenas de como los negros cabellos de su instructor se encontraban ligeramente húmedos por la ducha que hacía apenas unos minutos atrás tomó, mientras sobre su cuerpo se encontraban sus ropas perfectamente pulcras. Una camisa de botones a color negro cubría su torso dejando los dos primeros botones desabrochados, las clavículas pronunciadas resaltando con estrambótica belleza, mientras las largas mangas de la camisa se hallaban dobladas hasta sus codos permitiéndo a la piel canela y a las venas marcadas a lo largo de sus brazos quedar notable; la parte inferior de su cuerpo siendo cubierta por aquel pantalón de traje del mismo color perfectamente planchado, junto a los brillantes zapatos de charol.

 «𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐓 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄» ••𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢•• 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✿•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora