GABRIELLE. Un nuevo comienzo

CAPÍTULO 14 A ti y a muchas más

   Al año y medio del fallecimiento de su hijo menor, Jean-Luc y Marion cumplen cuarenta y cinco años de casados, después de pensarlo mucho y hablarlo entre ellos y con Matt, deciden hacer una celebración en grande para no pasar por alto sus bodas de zafiro. Cerca de cuatrocientos invitados elegantemente trajeados, se reúnen en el ala norte de la mansión de Brandon Way y sus impresionantes jardines. Gran parte de los invitados provienen de diversas ciudades del país, algunos de ellos de otros países como Francia, Italia, España, Alemania y China. Además de amigos y familiares, hay viticultores, exportadores, comerciantes, distribuidores, etc., personas con quienes Jean-Luc Fontaine ha negociado por más de cincuenta años, haciéndolo luego junto a Marion y ahora Matthieu. Las dos hermanas mayores de Marion, llegan de Estrasburgo, capital cultural y ciudad más grande de Alsacia, Francia, para asistir a la celebración.

Odette, la mayor de las tres hermanas Dumont, nunca se casó ni tuvo hijos, pero Alizee la que le sigue, está divorciada y trae con ella a su hija menor de nombre Soleil, quien es una linda ampelógrafa¹ de treinta cuatro años, muy alta, rubia, pálida, de aspecto delicado y ojos marrón claro. Desde el primer momento que conoce a su primo Matthieu, queda deslumbrada y enfoca toda su atención en él. Para su desdicha, ella no despierta el más mínimo interés en Matt y para no herirla, intenta mantenerse alejado de su campo visual, llegando incluso a ocultarse a ratos en el jardín del ala este. Ese es su lugar favorito en el exterior de la mansión, no solo porque no es de fácil acceso para los invitados, a quienes siempre se agasaja en el ala norte, también porque está ubicado frente a la terraza de la que siempre fue su habitación en la mansión y que sigue usando las pocas veces que se queda a dormir allí.

Mientras está en Austin, prefiere quedarse en su casa, la que le cedieron sus padres es una impresionante construcción en más de un tercio de acre, rodeada de cercas de privacidad, con diez dormitorios y once baños, garaje para seis autos, piscina, spa, cine, cinco chimeneas incluyendo una al aire libre y hermosos paisajes en los patios delanteros y traseros. Cuando se fue a vivir en ella al cumplir dieciocho años, ocupó durante dos años y dos meses el apartamento de invitados adjunto, mientras hacían algunas remodelaciones a la propiedad, como transformar el spa en un gimnasio completo con sauna incluido, remodelar el baño de la suite principal, renovar la cocina con electrodomésticos de primera línea, mejor iluminación y finos acabados, instalar un sistema de hogar inteligente, construir una pérgola para un comedor y una cocina de primera línea al aire libre, agrandar la piscina a veinticinco metros, cubrirla con policarbonato y climatizarla, tumbar paredes de un salón y la elegante sala de estar con chimenea y colocar puertas correderas de piso para abrirlos a los espacios interiores y exteriores, instalar persianas verticales, creando sombras personalizadas, etc.

Una vez su casa estuvo como él la quería, contrató a los Williams, el matrimonio que se encarga del cuidado y mantenimiento de la propiedad, les dejó el apartamento de invitados y él se instaló en la amplia suite principal en el primer piso que tiene, sala de estar, estudio, terraza privada, un amplio vestidor y un lujoso baño en el que hizo instalar una ducha doble y tina de hidromasajes y ampliar las ventanas para tener una mejor vista del paisaje. De verdad le encanta estar en su propia casa, aunque sería mucho más feliz si pudiera trasladar a ella, este rincón en el jardín del ala este de la mansión. Admite que la principal razón de su preferencia por él, es que fue diseñado en su totalidad por Gabrielle, cuando ella solo era una jovencita, poco tiempo antes de conocerla.

Sentado en
el enorme banco de piedra en semicírculo, junto a un pequeño estanque climatizado con peces y pequeñas tortugas, casi oculto detrás de una glorieta o gazebo octogonal que su padre hizo traer de Francia, lo encuentra Marion, la única que conoce su preferencia por ese plácido lugar, al que ella puede acceder desde el salón de estar de su propia habitación.