El trágico y repentino fallecimiento de Ben Fontaine, ocasiona a su joven esposa Gabrielle, una crisis nerviosa de la que logra salir con la ayuda de su cuñado y la empleada doméstica de él. Las primeras cuatro, de las cinco etapas del duelo, negación, ira, negociación y depresión, la mantienen sumida en una profunda tristeza que dura todo un año. Apenas está saliendo de la quinta etapa, aceptación, cuando una verdad que le es revelada, explota en su rostro y cambia todo el sentido de lo que ella creía que habían sido sus casi nueve años de matrimonio. Esto sucede al final de una reunión con la cual Gaby, apoyada por sus suegros, pretende conmemorar el primer año de partida de su esposo, el menor de los Fontaine.
Parte de la furia inicial que siente al enterarse, la dirige contra sí misma por haber sido tan ciega ¿Cómo pudo ver tanta perfección, en una relación tan mediocre? ¿Qué clase de mujer es ella, a quien se pudo engañar con tanta facilidad? Superada esa furia, se siente burlada y estafada. Decide retomar su vida donde la interrumpió diez años antes, cuando tenía diecisiete años y se vio deslumbrada por un joven, muy enamorada, llena de ilusiones y ansiosa por unir su vida al objeto de su amor, lo que hizo, en contra de la voluntad de su padre. No quiere en esta nueva etapa de su vida, absolutamente nada que traiga a su memoria ese pasado de engaños, aunque para ello deba convertir en cenizas cualquier objeto material que se lo recuerde.
Tras un apasionado encuentro sexual con quien menos lo habría imaginado, cae en cuenta que todo lo que pensaba que estaba sexualmente mal con ella misma, en realidad lo estaba con su difunto marido y en esa misma persona que se lo demuestra, encuentra la ayuda para poder marcharse lejos lo antes posible, dando comienzo a un largo y lento recorrido por su país, cuyo destino final lo decide al azar. Gaby no lleva prisa por llegar a ningún lado, su intención es usar ese tiempo y la distancia que está poniendo entre ella y la sobreprotectora familia Fontaine para madurar y convertirse en la mujer autosuficiente y económicamente independiente que su padre esperaba que fuera, al punto que hará hasta lo imposible para no facilitarse la vida disponiendo de los recursos que el ser la viuda de un Fontaine, pone a su disposición. Esta vez hará todo bien, como se supone que debió haberlo hecho antes.
En cuanto a la parte emocional, va con toda la intención de no volver a caer, ni a creer en cuentos de pajaritos preñados. Planea usar los hombres, para lo que sirven, producir orgasmos sin requerir recarga, ni cambio de baterías. No les dará mayor relevancia en su vida y mucho menos el poder de volver a herirla. Para Gaby, solo existen tres hombres de valía a quienes no metería en el saco con todos los demás, su padre, su suegro y el hijo mayor de éste, Matt, su cuñado súper/buena/gente. Sin este último no habría podido superar el duelo inicial, salir de la oscuridad en la cual estuvo sumergida antes que le arrancaran la venda de sus ojos. Al resto de los hombres planea mantenerlos caminando en la cuerda floja y sin red de seguridad, en otras palabras, constantemente a prueba y al primer resbalón, puede darse por perdido y que pase el siguiente, sin hacer mucho aspaviento ¡Por favor!
Durante este viaje también va en busca de su lugar en el mundo y cuando lo encuentre, regresará a despedirse de su familia política y se marchará de nuevo a vivir su vida en absoluta libertad. No sabe hasta dónde la conducirá su aventura o cuánto tiempo le tomará, ni le importa. Lo único que tiene decretado, firmado y sellado es que con toda seguridad, se mantendrá lo más alejada posible del drama, las lágrimas, el dolor y las mentiras, que invariablemente conlleva el amor.
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GABRIELLE. Un nuevo comienzo
Aléatoire¿Qué haces cuando descubres que la vida de ensueño que pusieron a tus pies diez años atrás, era toda una mentira? ¡Avanzas y te inventas otra! Las primeras cuatro de las cinco etapas del duelo, por el fallecimiento de su joven esposo, negación, ira...