Con las manos de Marion en las suyas, Gaby espera ansiosa que ella comience a hablar, la ve indecisa y eso aumenta su ansiedad. Internamente está orando, pidiendo a Dios que ella se encuentre bien.
- Tú como todos, conoces mi miedo a no despertar de una anestesia general – dice Marion - Si muero en el quirófano, no quiero que suceda sin contarte algo que al parecer, solo yo pienso que necesitas saber.
- ¡No digas eso! Todo saldrá bien.
- ¿Recuerdas que desde que te conocí, cada vez que nos veíamos te hablaba mucho de Matty?
- Sí, me di cuenta que los llenaba de orgullo.
- Por supuesto, mi niña, pero esa no era la razón para hacerlo. Lo hacía porque deseaba que te fijaras en él, que lo vieras realmente, no sé si me explico.
Puede notarse que para Marion, la que está sosteniendo, no es una conversación fácil. Lo ha pensado durante mucho tiempo y tanto ella como su esposo llegaron a la conclusión de que Gaby debe saber toda la verdad, aunque para ello deban romper un juramento que hicieron en familia hace muchos años.
- La verdad, no entiendo a qué te refieres – dice Gaby, aliviada de que no se trate sobre su salud, como temía.
- Bien, déjame comenzar de nuevo. Nunca te he dicho que Matty nació sietemesino, era un bebé enorme de casi cuatro kilos y durante el parto se me presentaron muchas complicaciones de salud. Me dijeron que nunca más podría quedar embarazada, aun así, lo intentamos por cuatro años con diferentes especialistas y tratamientos, sin lograrlo. Eso me sumió en una profunda depresión que me mantuvo sin desear salir de casa por algún tiempo.
- ¡Pero finalmente lo lograron! – dice Gaby – Tuvieron un segundo hijo.
- No, mi niña. Un día Jean-Luc me contó que la hija adolescente de un amigo suyo, padre soltero, había tratado de suicidarse por haber sido abandonada por el novio, apenas supieron que había quedado embarazada. La chica estaba encerrada en su casa para que nadie notara su embarazo, mientras su padre buscaba alguien a quien dar el bebé en adopción. En el más absoluto secreto, la trasladaron a nuestra mansión y durante algunos meses fingí estar embarazada, me dejé ver por algunos conocidos e incluso anunciamos la fecha del alumbramiento. Fue así como Ben llegó a nuestra vida. Los únicos que conocimos su origen en aquel momento, aparte de su madre y su abuelo biológicos, somos Jean-Luc, la comadrona que atendió el parto, quien ya falleció y yo, para el resto del mundo, inclusive para Matty, Ben era mi hijo biológico.
- ¡Ben era adoptado!
- ¡Sí, querida, lo era! Matt lo descubrió cuando tenía doce años, prometió guardar el secreto y lo ha cumplido. Yo quería que vieras realmente a Matty, antes de casarte con su hermano, pero por ti misma. Creía que si te alertaba o te decía algo a su favor, estaría mostrando favoritismo por el hijo que lleva mi sangre. Contaba con que te dieras cuenta de lo que todos podemos ver en sus expresivos ojos, cuando te mira.
- ¿A qué te refieres?
- ¡Ay, mi Gaby! Todos lo hemos visto ¡Incluso tu padre! A Matty, se le escapa a raudales por los ojos, la idolatría que siente por ti. Se enamoró de ti desde el primer instante que te vio y lleva doce años amándote en silencio.
«¿De qué está hablando Marion? ¿Estará delirando? ¿Matty sintiendo amor por mí? ¿Mi padre también lo sabe?» se cuestiona, sin creerlo, pero las preguntas continúan formulándose una tras otra en su cabeza «¿Soy la razón de que ninguna mujer lo haya atrapado? ¡No puedo ser la culpable de que no esté disponible sentimentalmente!»
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GABRIELLE. Un nuevo comienzo
Random¿Qué haces cuando descubres que la vida de ensueño que pusieron a tus pies diez años atrás, era toda una mentira? ¡Avanzas y te inventas otra! Las primeras cuatro de las cinco etapas del duelo, por el fallecimiento de su joven esposo, negación, ira...