CAPÍTULO 35 Como el día y la noche.

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   Aunque ella dice no tener hambre y no pide nada para comer, no sería la primera vez que termina comiéndose la comida de él, después de decir no querer nada, así que Matt pide para ella un burrito con frijoles en salsa picante, espinacas, huevo, tocino y queso, además de dos raciones de tocino crujiente y dos croissants con jamón queso y tomate para compartir. Cuando llega a la mesa con la bandeja, ella sonríe reprobadoramente.

-          ¿Cómo es posible que hayas adelgazado tanto, si estás comiendo como bestia?

-          ¡Misterios de la vida! – dice él, feliz de ver por fin, una sonrisa en su rostro – La verdad es que hace tiempo que no sentía tanto apetito, puede ser también que por la angustia,  no he comido nada en más de treinta horas, desde que me llamaron mis padres.

   Como Matt se lo había figurado, mientras toma su café, Gaby comienza pellizcando un croissant, luego se come una tira de tocino crujiente, luego otra, hasta que finalmente comienza con el burrito. Matt le ofrece un pedazo de su sándwich, que ella acepta intercambiar por una tercera parte de su burrito. Al rato, Gaby se da cuenta que están pasándose bocados de plato a plato,  como solían hacerlo durante el tiempo que ella estuvo en casa de él, bajo su cuidado. Hacía mucho tiempo que ella no pensaba en esos tres meses que pasó con él y la señora Williams. Ahora que lo ve todo desde otra perspectiva, le encuentra sentido a la dedicación que él ponía en atenderla personalmente, cuando regresaba de trabajar. Aunque la señora Williams se ofrecía a hacerlo, Matty la enviaba a descansar o cuidar de su hijo y su marido al apartamento adjunto que les había cedido en su propiedad, asegurándole que él se haría cargo y la llamaría en caso de necesitar su ayuda.

   Se pierde en los recuerdos de esos primeros días, cuando ella se negaba a comer y él pasaba horas, con ella recostada en su hombro, dándole de comer y beber en la boca como a una niña «¿Cómo nunca se me ocurrió asociar todo eso, con el hecho de que Matty tuviera sentimientos más que fraternales hacia mí?» piensa, mientras come, evitando mirarlo fijamente «¡Porque pasé años siendo una completa idiota! ¡Por eso!» se recrimina. Ahora que habló con Marion, se siente peor por haberlo usado egoístamente para darse gusto, antes de marcharse de viaje, de haber conocido sus sentimientos, habría sido el último al que hubiera elegido para ello.  No soporta imaginar lo que debe haber significado para él lo que vivieron en esa oportunidad, lo mal que se debe haber sentido cuando ella, se fue como si nada hubiera pasado.

-          ¡Ultima tira de tocino, por tus pensamientos! – dice Matt, agarrando el tocino con una servilleta de papel y moviéndolo ante los ojos de ella.

-          ¡No hay trato!  Cómela tú que has perdido mucho peso – dice ella, sin detenerse a mirarlo – Para no haber tenido apetito, comí demasiado.

-          Te he visto comer el doble de eso, pero acepto que hoy no tengas mucho apetito – dice comiendo en dos mordiscos, la tira de tocino - ¿Otro café? No es la gran cosa, pero es lo que hay.

-          No, gracias! Ya no me apetece nada más.

-          Bien, entonces, hablemos ¿Qué haces acá? ¿Cómo te enteraste que mi madre va a ser operada.

   Gaby le cuenta todo lo sucedido, pero le pide que por favor, no se dé por enterado y espere a que sus padres se lo cuenten. Piensa que tal vez Marion no desee que su hijo sepa lo del ascensor, para que no se preocupe. También le dice que se enteró por pura casualidad, porque al igual que él, ella no acostumbra usar mucho las redes sociales, se encontraba casualmente rastreando un cantante que conoció en Nashville, para apoyarlo cuando vio el nombre de su padre y sintió curiosidad. Luego le habla de su nuevo empleo, le explica emocionada que está, lo bien y rápido que van los dos proyectos que está desarrollando. Poco a poco, ella comienza a mirarlo a los ojos y cree ver algo de eso que dice Marion, las chispas de luces que se ven en sus ojos, cuando ella lo mira, pero no logra manejarlo y vuelve a evitar su mirada.

GABRIELLE. Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora