CAPÍTULO 40 La manera tradicional

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   En la caja hay un traje de gala de diseñador, largo, verde esmeralda, del color exacto de los ojos de Gaby, con una transparencia en el área del cuello, con la que simula ser un escote palabra de honor, de esa misma transparencia salen pequeñas mangas de encaje que sujetan la parte posterior, cuyo escote llega a la cintura. Desde el bajo busto, hasta la cadera está drapeado y se recoge sobre sobre el trasero. Se le adhiere como un guante al cuerpo, hasta la mitad de los muslos, donde comienza a ensancharse casi en el estilo conocido como corte sirena. Matt también le entrega unos zapatos Christian Louboutin, tacón aguja, del mismo color del vestido. Gaby queda impresionada por lo perfecto que le queda todo, inclusive el largo del traje, una vez se pone los zapatos, parece haber sido medido sobre su cuerpo. Mirándose en el espejo, recuerda el personaje Poison Ivy¹,  representado por la actriz Uma Thurman en una película de Batman

   Cuando ella sale del vestidor, encuentra a Matt luciendo tan impresionante con un esmoquin de Giorgio Armani, que la deja con la boca abierta. Luego de hacerse cumplidos uno al otro, ella le dice que no sabe qué hacer con su cabello, él le dice que lo deje natural, que él ama cada uno de sus rizos y no soporta ver cuando ella intenta recogerlos. Afortunadamente lavó su cabello esa tarde y se aplicó acondicionador,  peina sus rizos y los acomoda con las manos, dejándolos caer suavemente sobre su espalda. De uno de los bolsillos de su saco, Matt saca una caja plana color gris con el nombre Bvlgari en letras doradas, que abre y posa sobre la cama, donde Gaby puede ver que contiene un set de alta joyería. Primero toma el collar de oro blanco con rubíes y diamantes, se coloca a su espalda e inmediatamente después de besar su nuca, procede a ponérselo.

   También le pone una pulsera en su muñeca derecha y le entrega los zarcillos del juego para que ella se los ponga.

-          ¿Absolutamente perfecta! – exclama él mirándola con idolatría.

-          ¿Son de tu madre?

-          ¡No! Son tuyos.  Iban a ser tu regalo el año que te fuiste de viaje.

-          ¡Es demasiado!

-          Todo es poco para ti – le dice tocando un rizo de su cabello– Estaba seguro que ese vestido te quedaría perfecto, que ese tono de esmeralda era idéntico a tus ojos. Solo tuve que agregarle la altura de los zapatos, para saber el largo que debían darle. Lleva un año esperando por ti en mi armario, era tu regalo por el segundo cumpleaños que estuviste lejos.

-          ¡Tú lo compraste? ¿También los zapatos? ¿Cómo supiste mis tallas?

-          Conozco cada detalle sobre ti, mi irlandesa de fuego.

   Al escucharle llamarla de esa manera y hablar sobre sus ojos color esmeralda, Gaby piensa que alguna vez tendrá que contarle sobre Trace y cuando le diga acerca de su canción, también deberá hablarle de lo que tuvo con él, pero será más adelante, no quiere enturbiar la felicidad que los dos sienten en estos momentos.

-          ¿No crees que estamos demasiado elegantes para cenar con tus padres?

-          Te aseguro que apenas nos acercaremos a como ellos estarán luciendo, Después de tantos meses en recuperación, seguramente desean engalanarse.

   Cuando cruzan la entrada y se acercan a la mansión, Gaby se da cuenta de lo que sucede. Nunca antes la vio tan iluminada, ni siquiera el día de su boda, gran número de mesas ocupadas por invitados se ven en el jardín y una orquesta hace una fanfarria  para llamar la atención de los invitados, hacia Matt que en ese momento le está abriendo la puerta del auto a Gaby y ayudándola a descender. Es demasiado obvio que esto no será una cena con sus suegros

GABRIELLE. Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora