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- ¡Marcus! -unas chicas ajenas a la clase que pasan por el pasillo se detienen en la puerta para saludarle. Él aparta su vista de su celular y les devuelve el saludo moviendo su mano libre.

«Mar-cus por aquí, Mar-cus por allá -ruedo los ojos-. ¡Esto apesta!.

- Todas te envidian -añade Matt detrás de mí.

- ¡Matt! -me sobresalto-. ¿Desde hace cuánto estas ahí? -le pregunto.

- Desde que llegue -carcajea y yo entorno los ojos-. Desde hace unos tres minutos, Diane, incluso te salude.

- ¿En-en serio? -inquiero tratando de recordar.

- Si -asienta-, y me respondiste también -sonríe de lado. «Oh, rayos, ¿En qué planeta me encuentro ahora?

- Lo siento. Lo siento -me disculpo y Amelia se nos une con su contagioso ánimo.

- ¡Hola! ¿Qué tal las dos primeras reuniones? -inquiere sonriente.

- ¿De? -enarco una ceja.

- ¡Hola, Amelia! -responde Matt.

- Con Marcus, obvio -gesticula deshaciéndose de su bolso-. Hola Matty -le brinda una sonrisa.

- Pues normal -respondo con simpleza.

- Escuche por el pasillo que las chicas desean tener esa misma sanción pero solo con él -comenta divertida.

- Justo le decía eso -alude Matt, asintiendo.

- Pues yo solo deseo que esto termine. Si esas chicas vivieran lo que yo, se arrepentirían el resto de sus vidas.

Amelia se detiene de golpe, sorprendida - ¿Té estas lamentando? -inquiere estudiando mi rostro con curiosidad.

- Cada minuto -susurro dando un pequeño suspiro.

Con sus ojos entornados sigue observándome un par de segundos - Tampoco ha de ser tan malo -ladea la cabeza-. Solo estas exagerando -me muestra mínimamente su lengua.

- Pues créeme cuando te digo que para mí lo es -le aseguro.

Su expresión cambia por una de desconcierto y Matt termina robándose nuestra atención.

Antes de iniciar la clase, Corina se nos unió.

Durante el receso:

- Marcus parece una celebridad -comenta Corina, observándole.

- Recibe mas regalos que yo en mi cumpleaños -añade Matt y no puedo evitar reír.

- Este instituto necesitaba a alguien como él -emite Amelia.

«Y no podía estar en otra sección, tenía que ser en la mía -sacudo mi cabeza con decepción-. ¿Y por qué recibe regalos?

- Es que mírenlo, además de divertido es apuesto y atento -expresa Corina llevando sus manos debajo de su barbilla para apoyarse mejor.

- ¿Y qué chica no quiere eso en un chico? -Amelia enternece la voz.

- ¿Es que yo soy invisible o qué? -inquiere Matt haciéndose el ofendido-. Tengo esas cualidades también, junto a muchas más -ostenta.

Para la hora de la reunión en la biblioteca, Marcus me ofrece algunos dulces pero le rechazo de golpe y solo me limito a terminar las asignaciones.

Una vez conseguido, llamo a mis padres a ver quién puede venir por mí.

- ¿Estas segura? -inquiere y yo asiento-. Son galletas de chispas -insiste ofreciéndome el empaque con una intachable sonrisa en su rostro.

- Bueno, esto y ya -tomo el paquete de mala manera-. Gracias -emito al tiempo que guardo las galletas en mi bolso.

En Saturno también se Aprecia el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora