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Mamá salió a arreglar un asunto sobre su trabajo, papá aún no ha llegado, Darwin hace sus caligrafías mientras yo, solo estoy a su lado en silencio.

- ¿Te sientes bien? -inquiere Darwin mientras colorea.

- Si -miento.

- ¿Segura? -enarca una ceja.

- Si, tranquilo -con mi dedo índice toco su nariz-. ¿Cuándo terminas tus tareas? -inquiero.

- Acabo de decirte que ya las termine -gesticula y le sonrío débilmente-. ¿Vemos una peli? -pregunta sonriente.

- Está bien -accedo.

Durante la película, Darwin se durmió en mi regazo y lo único que se me vino a la mente fue aquel suceso: - Desearía poder viajar al pasado y advertirme sobre ese día -susurro mirándole-. Mi inocencia fue mi peor enemiga -pestañeo débilmente-. Ahora, hermanito, te cuidare como se debe -le acaricio la mejilla.

En la noche, hablo con mamá para decirle que no quiero ir a clases y respirar tranquilidad, a lo que ella accede pero con la condición de que solo será por un día.

Sin nadie más en casa, me levanto pasadas las ocho, cepillo mis dientes y lavo mi rostro. Luego, ubico mi celular y diviso las notificaciones.

A la una y trece am, Marlon me envío algunos mensajes:

1:13 am: No creí que fuera a reaccionar así por eso. Pensé que... solo olvídalo por favor.

1:14 am: Realmente lo siento.

1:14 am: Espero verte hoy en clases. Necesito verte.

Marcus por su parte me envió tres notas de voz mientras Corina y Amelia dejaron un par de mensajes en mi bandeja.

Mientras me sirvo un vaso con agua escucho las notas de voz de Marcus:

Y cuando no sepas que hacer, a donde ir, a quien recurrir, con quien hablar de tus logros o de cosas que necesites descargar, recuerda que aquí me tienes. Aunque no nos hablemos con la misma frecuencia, aquí estaré para ti, para brindarte mi apoyo el cual es incondicional y desinteresado, y seguiré aquí solo por ti, para amarte con toda la fuerza que hay en mí y demostrarte que nunca, nunca estarás sola.

Esa fué la frase que más recordé y la cual más medite.

Cuando atiné todo y me sentí ligeramente bien, le respondí:

9:38 am: Si no me cierro yo, entonces tú lo haces. ¿Cómo me pides que no cierre contigo cuando eres tú quien está cerrado conmigo en estos momentos?

9:39 am: Ni siquiera me invitaste a tu juego. Además, no hemos platicado con la misma cercanía de siempre durante estos días.

9:39 am: Intento e intento acercarme a ti pero no lo consigo.

9:40 am: Esta bien, sé que inicialmente tú lo intentabas conmigo y te agradezco por no rendirte. Pero, ahora, se intercambiaron los papeles y yo simplemente no puedo, no tengo la misma fuerza que tú, lo siento Marcus pero no somos iguales.

Mientras escribo esos mensajes, las lágrimas nublaban mi vista, me detuve en dos ocasiones para deshacerme de estas, pero las lágrimas no cesaron. El último mensaje, lo dejé a medias, lo borré y luego lo escribí nuevamente.

No sabía que escribir con exactitud. Faltaron cosas por decir, pero no tenía ni las fuerzas ni los ánimos para plasmarlas a través de un mensaje.

Marcus:

Pasé toda la tarde pensando en lo sucedido. No sabía si era mi culpa o de Marlon, solo sabía que ello debía cambiar «Si yo estoy afectado, sé que ella también lo está.

En Saturno también se Aprecia el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora