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La relación de Chester y Lewis salió a la luz luego de la clase de deporte, pues Chester se fracturo el tobillo y Lewis lo llevó a la enfermería. Allí, cuando creían que nadie les veía, Lewis le dijo unas palabras muy bonitas a Chester y besó sus manos antes de besarle los labios.

«¿Cómo se esto? No es porque ellos nos lo hayan contado, sino porque alguien desconocido les grabo y publico el video en el grupo de comedia del instituto, que no admite adultos ni mucho menos profesores.

Lo que a mí me pareció conmovedor, a otros le resultó gracioso.

Si tú estás bien, yo lo estoy. Si tu estas herido, yo también lo estoy. Si necesitas mi apoyo, aquí me tienes. Entiende de una vez, Chester –Lewis besa su mano–, te amo completamente –le mira fijamente antes de inclinarse para besarle los labios.

Y si tú me necesitas, aquí estaré también –habla Chester con los ojos cerrados, probablemente esperando otro beso–. No me moveré en lo más mínimo, porque realmente ahora no puedo –se ríe de su mal chiste.

«So cute.

Quizás para Chester decir "Te Amo" no es fácil, o quizás, él aun no quiera admitirlo. Sabe que le quiere, que le aprecia, pero no le dice que le ama.

– A este paso te convertirás en una bola de grasa –habla Melina mientras me observa comiendo fresas con nutella.

– Son fresas –me justifico–. Oh, vamos –le ofrezco una fresa con nutella–. No puedes rechazarla –le sonrío.

Ella la toma y la lleva a su boca: – Bien –se ruboriza.

– ¡Bien! –exclamo mostrándole mi pulsa y mi celular vibra–. ¿Si? –respondo.

– La tía flor ha llegado –me informa papá.

– Enseguida voy.

Melina me hace señas de que ella me llevara.

– Pasare por tu en un rato, cariño.

– Melina me llevara –le informo.

– Bueno, te esperamos –me indica y ambos colgamos.

– Gracias –sonrío y me dispongo a recoger mis cosas.

– Gracias a ti por ayudarme con ellos –sonríe y mira a los cachorros–, Susu iba a cumplir casi un mes sin ducharse.

– ¡Oh no! ¡Qué horror! –digo en tono burlón.

– Oh, vamos –rueda los ojos–. Ellos no me dejan

– ¿Y qué harás con ellos? –inquiero–, ¿Los obsequiaras o venderás?.

– Quisiera quedármelos –sonríe tiernamente–, pero se me hace imposible. Ya Susu es una responsabilidad y una muy grande. Quiero obsequiarlos a alguien responsable –me mira sonriente–. ¿Los quieres? –inquiere.

– No puedo –digo entristecida–. Con gusto los tendría, pero no sé qué opinaran mis padres. Además recuerda que vivo en un apartamento.

– Buen punto.

Ya en el auto:

– Hablare con mis amigos y familiares –le informo.

– Lo agradecería. Bueno uno es del dueño de Donky. El otro es el mío pero aún no queremos despegarlos de Susu.

Donky es el perro que con su esperma le dio vida estos cachorritos.

– ¿Él dueño de Donky tiene nombre? –muevo mis cejas.

– Ya sé por dónde vienes –me mira de reojo–. ¿Quién te enseña esas cosas? –inquiere.

– Creo que mi entrenadora –respondo.

En Saturno también se Aprecia el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora