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– Muy buen trabajo –añade el profesor.

– Gracias –respondo mientras tomo la carpeta.

– Sigan así –sonríe de boca cerrada.

– Gracias, profesor –responde Marcus al tiempo que yo asiento.

Una vez en nuestros lugares: – No lo hacemos tan mal –añade.

– Hmmm sí parece –esbozo una pequeña sonrisa que le sorprende.

– ¡No puede ser! –expresa y me vuelvo hacia él, quien luce complemente emocionado–. ¡Me has sonreído! ¡Tú a mí! –me señala con su dedo índice y luego se señala así mismo con su dedo pulgar.

Fastidiada, le ignoro y seguidamente escucho su estrepitosa carcajada mientras me limito a sacudir ligeramente mi cabeza y guardar la carpeta. 

– Fred –el profesor llamar a otro alumno quien se levanta de golpe y responde al llamado.

– Vaya, vaya, la alianza les ha resultado –comenta Corina guiñándonos el ojo.

Marcus le sonríe y yo hago una mueca de desagrado: – Y yo tenía que ser el que se quedará por fuera en las asignaciones cuando resulten ser en pareja –añade Matt.

– El pobre excluido –Amelia se conduele y Matt le hace ojitos.

– ¡Solo quiere tu atención! –Corina hace reaccionar a Amelia y entonces uno los cabos «¡A Matt le gusta Amelia!.

– Es que es cierto, él será quien se quede solo cuando las actividades sean en pareja –justifica.

– No te dejaremos desamparado del todo –comento. 

– Claro que no –Marcus continúa y Matt casi nos abraza a ambos, para mi suerte le bloquee con la libreta y entendió el mensaje: Demostraciones de afecto pero sin tocarme.

Durante el receso, Marcus es atraído por un grupo de chicos, mientras yo acompaño a las chicas quienes platican sobre una presentación de baile de Amelia en donde Corina le ayudará a arreglarse y todos estamos invitados.

Una vez finalizada las clases:

– ¿Mañana a la misma hora y en el mismo lugar? –inquiere Marcus divertido.

– Si –asiento con simpleza.

– Bien –sonríe–. Allí nos vemos –se acomoda él bolso en la espalda y se dispone a salir–. ¡Hasta mañana! –mueve su mano en forma de despido.

Yo me limito a mover mi mano también mientras le observo despedirse de nuestros compañeros antes de terminar de salir del aula. «¿A dónde ira con tanta prisa? –me pregunto entornando los ojos.

Él termina de salir del aula y sin más, vuelvo a concentrarme en lo mío: – Tú y Marcus... ha resultado Diane, ha resultado –emite y no puedo evitar volverme hacia ella–, ¿Quién lo diría? –Corina mueve sus cejas.

– Solo hacemos las actividades juntos –respondo con simpleza.

– Ha de ser grandioso compartir tiempo con él –alude–. Ha despertado el interés de muchas chicas, ya sabes –gesticula–, es lindo –me guiña el ojo–. Además, en tan poco tiempo se ha convertido en una pieza valiosa para el equipo de baloncesto y ¿A quién no le gustan los deportistas? –hace una ademan con sus manos.

«¿Baloncesto? ¿Él está en el equipo de baloncesto? –me sorprendo.

– ¿Si? –inquiero.

– Si –afirma sonriente– ¿Es que acaso no lo has notado? No me digas que no lo sabias, Diane –pronuncia incrédula y yo simplemente sonrío de boca cerrada.

En Saturno también se Aprecia el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora