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– ¿Cómo estuvo tu día? –pregunta mamá mientras me adentro en la casa.

– Todo bien –sonrío de lado–, ¿Y el tuyo? –inquiero.

– Normal –responde con simpleza.

– ¿Y papá? –pregunto deshaciéndome del bolso.

– Esta platicando con tu tía.

– ¡La tía Flor! –exclamo.

– Si –asienta–. Pero mira cuan bronceada estas –me observa detenidamente.

– Creo que esto se notara por un par de días –diviso mis brazos.

Dejo mis cosas en mi habitación y tomo un baño. Luego de vestirme con ropa ligera reviso mis pendientes y hago un informe de Biología.

Reviso mis redes sociales y me doy cuenta cuanto han cambiado estas desde que inicie las clases.

Mi primera publicación en instagram fue una frase célebre de Víctor Hugo, que dice:

Por el sufrimiento los seres humanos se convierten en ángeles.

Y la segunda publicada fue una frase de Miguel de Unamuno:

El sufrimiento es la sustancia de la vida y la raíz de la personalidad, por eso solo el sufrimiento nos convierte en personas.

«Dedique mis primeras publicaciones al sufrimiento... y aun hoy en día, lo único que espero, es que este acabe, o quizás, solo quizás, se reduzca y se convierta en algo maleable –considero mientras salgo de mi habitación para buscar un vaso de agua:

– Oh cielos lo olvide por completo –digo mientras observo a mamá toda ajetreada–. Ni siquiera me acerque a ayudarte.

– Sé que estabas ocupada, tranquila. Esto sigue siendo tarea de mamá.

– La tía Flor vendrá de visita este mes. No tiene fecha aún, pero pasará por acá al menos tres días –comenta papá aproximándose a nosotras.

– ¡Tres días de diversión con Kiara! –agrega Darwin emocionado.

Kiara es una primita de seis años, hija de la tía Flor.

– También vendrá Johan –añade papá.

– Johan –sonrío al recordarlo «La última vez que lo vi el me obsequio su katana de juego favorita, me dijo que la usara cuando fuera necesario, en una ocasión de vida o muerte y nunca la use, puesto que era pequeña y de plástico. ¡Qué ingenuos nosotros!.

Luego de cenar, lavo los platos mientras Darwin y papá ven la televisión y mamá manipula unos documentos.

Una vez desocupada, tomo el celular y entro en los chats de Marcus, André y Corina.

El chat del primero me deja divisar los siguientes mensajes:

2:32 pm: ¿¿¿¿????

3:02 pm: ¿No piensas contestar mis llamadas?

3:12 pm: ¿Dónde has estado?

6:24 pm: ¿Te encuentras bien?

8:33 pm: ¿Me dejaras de hablar de nuevo? Vamos Diane, quedamos en que esto no sucedería otra vez.

Dejo escapar un pesado suspiro «Tiene razón, no sé porque con él me tomo esta actitud, tan... tan insustancial.

8:24 pm: ¿No puedes pasar una tarde sin saber de mí? –Le respondo y seguidamente, reviso el chat de André:

En Saturno también se Aprecia el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora