Corina, terminó con su novio, pues este la engañaba con su vecina. Amelia y yo tuvimos que consolarla durante casi todas las vacaciones «Recuperamos a nuestra amiga, pero esta vez con su corazón hecho trizas y nadie merece eso.
– Yo no sabía. Yo no sabía –repetía entre lágrimas una y otra vez.
– Amiga –Amelia y yo la abrazamos si saber que decirle.
– Yo creí que él y yo... teníamos algo bonito, duradero... –pronuncia débilmente.
– Ese idiota no sabe lo que se pierde –comenta Amelia apartándose.
– Y tu encontraras a alguien que te aprecie con todo su ser–le sonrió y ella frunce sus labios conmovida.
– ¡Chicas! –exclama abrazándonos nuevamente–. Gracias... gracias...
Para el año nuevo, los chicos y yo nos conectamos por videollamada.
– ¡FELIZ AÑO NUEVO! –decimos a una voz.
– Estoy con Lewis y su familia –comenta Chester sonriente.
– ¡Está conmigo! –exclama Lewis a su lado como si aún no se lo creyese y no podemos evitar reír.
– Yo estoy cuidando de mi hermano –Marcus resopla.
– Tu primera queja del año –añado jocosa y él sonríe.
– Que este año sea de mucha armonía, abundancia, paz y éxitos –comenta Amelia quien sorpresivamente se encuentra junto a Matt.
– Amén –decimos a una voz.
– Te quiero, Amelita lentita –Chester le tira un beso–. No te pongas celoso, Matti porque os quiero a todos.
– También les quiero –completamos los demás.
– Nos vemos luego –agrega Corina.
– Cuídense mucho –Lewis pronuncia.
Los chicos se salen de la conexión pero Marcus y yo aún yacemos en la llamada.
– ¿Y bien? –inquirimos–. Todo bien –decimos a una voz y carcajeamos.
– Intercambiemos de hermanos –propone.
– No, gracias –sonrío–. Ahora que lo noto –entorno los ojos–, te has peinado.
– Yo siempre estoy peinado –alega.
– Sí, claro –ruedo los ojos.
– Oye, Diane.
– ¿Si?
– Te quiero –emite.
– También te quiero, Marcus –pronuncio.
– Que este año sea uno muy prospero para ti, para los chicos y para mí.
– Exitoso y lleno de lo mejor.
– Que así sea –decimos a una voz.
Y terminamos de despedirnos.
Para cuando retomamos las clases, Marcus lucia sumamente diferente, parecía un chico de mas de dieciséis años.
– Pero mira cuanto has crecido –añade sonriente.
– Eso debo decirte yo a ti. Yo sigo igual –me encojo de hombros.
– Te sienta bien –sonríe
ESTÁS LEYENDO
En Saturno también se Aprecia el Sol
Teen FictionUn trauma. Un contacto. Una sanción. Dos involucrados. Todo es culpa suya, pensó ella. Merecía la pena, consideró él. Todos los derechos reservados a Danily García, 2.022. #NoAlPlagio.