Que mala costumbre la mía de volverme adicto a algo y a alguien.
Que buena costumbre la tuya de concretar las palabras.
Ojalá que tus palabras nunca le falten a la ausencia.
Seguro que soy un exagerado por odiar al mundo y amarte a ti.
Por odiar a muerte al mundo e idolatrarte a ti.
Seguro que si me corto el pelo se me quita un poco lo sentimental.
Seguro que a mi vida le quedan tres dedos de aire.
Ojalá que tus palabras nunca le falten a este cuarto.
Ojalá que nunca puedan quitarme de tu cuerpo el contacto.
Ojalá que no sea seguro que a mi vida le quedan tres dedos de aire.
