Mis sueños son una rayadera.
Ya ni Dios puede cuidarlos.Anoche soñé que iba llegando al cielo
y el diablo me agarró de una pierna.
Joder, sí estaba cerca.
Mejor no pienso en eso
porque creo que podría llorar.
Aunque hace rato que no puedo llorar,
no me sale.
Aparentemente, se me cerró
la fuente de las lágrimas.Mis sueños son una realidad borrosa,
una fantasía nítida.Un escape del mundo de los locos
despiertos.