Señor insomnio...
¿Con qué afán me visitas cada noche?
Y ¿Por qué se levanta contra mi tu presencia en la habitación?
¿Por qué vienes a verme cuando quiero dormir?
¿Por qué siembras en mis ojos tristeza y dolor?
¿Acaso no puedes ver el cansancio en mi rostro?
¿No ves que despierto sufro por tanto recordar?
No te importa, y me abates tan sutil y tan puntual,
Que aún cuando esté dormido tú me has de despertar.