Hoy 3 de noviembre de 2016 escuché a una niña decir algo muy hermoso.
Iba pasando con su madre hablando de que ya venía diciembre, y ella agradecía a Dios por un año más de vida.
Pero lo que realmente me tocó fue cuando dijo: sería bueno que la gente naciera y creciera hasta los doce años, y no pasará de ahí.
Me encantó, porque a pesar de ser sólo una niña, dijo unas palabras muy grandes y significativas.
Y es que en parte, sería hermoso si todos fuéramos niños por siempre.
No tendríamos que sufrir los cambios hormonales que nos hacen sentir atracción hacia el otro sexo, y por ende, no sufriríamos por desamores, no nos complicaríamos la vida por darle tanta importancia a cosas tan vanas como la ropa o el dinero, no pensaríamos con malicia, ni envidia, ni rencor, porque en nuestros corazones no habría espacio para la maldad.
Si todos viéramos la vida desde los ojos de un niño sabríamos apreciar y dar valor a las cosas pequeñas, a los maravillosos detalles que son realmente importantes.
Si todos fuéramos como niños podríamos vivir con sencillez y con verdad.
Podríamos ver y disfrutar la verdadera felicidad.
Aquella niña me ha conmovido con sus palabras, hoy 3 de noviembre de 2016.