Me hace tanto daño mirar a las mujeres hermosas.
Me siento mal viendo nalgas, lindas nalgas.
Ella.
Tal vez el día que pruebe su vida ya no sienta desespero, ni ansiedad.
Tal vez se pierda este desespero por pasar mis manos debajo de su vientre, y saborear su vagina con mis dedos.
Tal vez ya no se me quiebre el pecho por dentro.
Tal vez ya no me vuelen las palomas.
Mientras tanto, seguirán saliendo lágrimas del nido,
volarán las plumas de mis aves encerradas,
para que puedan ver mi alma desesperada en las alturas.
1460
Estoy en un lugar del tiempo y el espacio que sólo yo entiendo,
en el que a veces siento que escribo mentiras.
Hay un número que no puedo olvidar.
Mil cuatrocientos sesenta.