Diablo: ¡Muerte!... ¡Oye muerte!...
Demonios ¿Ya te escondiste otra vez?... ¿Muerte?...
Muerte: Jiji jiji ji... detrás de esta roca no podrá encontrarme ese amargado jiji ji.
Diablo: ¡Oye Muerte no es momento de jugar!, ¡sal ya maldito huesudo!
Muerte: ¡¡¡¿¿¿A quién llamas huesudo???!!! Maldito cachón colorado.
Diablo: JAJAJAJA... no puedo creer que no se te ocurra otra cosa que decirme que "maldito cachón colorado". Peores cosas me decían en el cielo JAJAJA... maldito cielo.
Muerte: Sí, sí, como digas colorado. Tú tampoco tienes insultos muy originales.
¿O a caso crees que nunca me han llamado huesudo?.
Diablo: JAJA, vamos Muerte. Mil cuatrocientos sesenta insultos me sé de memoria para burlarme de quien sea. Pero esta noche te quiero de mi lado.
Muerte: Supongo que al matón lo hace el bullyng. En fin matón. ¿Qué quieres hacer?
Diablo: Esta noche, huesudo, vamos a asomarnos por la ventana de la tierra.
Muerte: Conozco la tierra como a la palma de mis huesos.
Diablo: Sí, ya sé que te gusta caminar mucho por ahí. Y cómo es tu zona de trabajo me puedes ayudar.
Quiero buscar a alguien que creo que me vigila.
Muerte: ¿Que te vigila?, ¿Estás seguro de eso?, ¿Quién podría vigilarte?.
Todos los ángeles se volvieron mujeres de carne, y recuerda que Dios no hace nada en estos días.
Diablo: Sí, lo sé, lo sé, pero por alguna razón la malicia que corre por mi ser me dice que alguien me busca, me sigue, me vigila.
Y no es que sienta miedo, yo soy el Diablo, no le temo a nada.
Sólo a las cobijas de los niños de 12 años.
Es que son muy coloridas.
Muerte: Hay por Dios... debería mata-
Diablo: Volviendo al tema, soy el Diablo y sea quien sea aquel que me busca lo voy a encontrar.
Entonces ¿Vienes o qué?.
Muerte: Abre la ventana colorado...
Diablo y Muerte: Humanos...
Diablo: No cambian mucho aunque el tiempo que los rija acelere a cada instante.
Muerte: No lo sé, a puesto a que me tienen más miedo a mi que a ti, ¡JAJAJAJA!
Diablo: Así me gusta, que estés de buen humor para que me sirvas de algo.
Muerte: ...
Diablo: Sólo déjame concentrarme un poco y lo encontraré.
Muerte: Como digas. Tú eres el que sabes.
Diablo: Ohhh, sí, yo lo sé, y ya puedo sentirlo. Sudamérica, Colombia, Magdalena, Santa Marta, Nueva Galicia, Carrera 37 # 04-20.
¡Sí! Ya te tengo.
Muerte: Muéstrame, quiero ver. ¿Quién es?
Diablo: Su nombre es Leonardo Fabio Castro Redondo, tiene 22 años.
Muerte: Leonardo Fabio, ¿eh?...
¿Y qué es lo que está haciendo tan concentrado?
Diablo: ¿Estás ciego o se te nubló la vista?
Es obvio que el tipo está escribiendo en la computadora.
Empezó hace unos minutos, justo cuando empecé a sentir esa inquietud.
Se ve en su cara que tiene muchas ganas de vivir.
Lástima que esté a punto de condenarlo a pasar sus días miserable y dolorosamente ¡JAJAJAJA!
¿Qué te parece, Muerte?
Muerte: . . .
Diablo: ¿Muerte? Maldita sea huesudo, ¡Despierta!
Muerte: Q, ¿qué pasa colorado? aquí estoy, no grites.
Diablo: Te quedaste suspendido y mudo 3 segundos.
Muerte pensando: Escribiendo, ¿eh?...
22 años, Leonardo... Ja!
Muerte hablando: Claro
Diablo: ¿Claro?
Muerte: No, nada, sólo estaba recordando algo pendiente del trabajo.
Diablo: Bueno, si tú lo dices.
Muerte: Seguro colorado. Mejor miremos qué está escribiendo el tal Leonardo.
Diablo: Estúpida poesía seguramente ¡JAJAJAJ!
Muerte: Jajaja. Sí, pero igual echemosle un ojo.
Diablo: ¿Tú le vas a echar un ojo? ¡AAAAJAJAJAJAJAJAJ!
Muerte: Jajajaja, ¿serás pesado tío?
Diablo: JAJA, si todos lo creen. Bueno miremos esa pantalla.
Muerte: Por fin.
Diablo: Oh, vaya sorpresa, Muerte.
Muerte: ¿Qué?
Diablo: ¿Aún estás ciego idiota? Mira bien, está escribiendo de mí. Eso lo confirma todo, él es quien me vigila.
Muerte: ¿Está escribiendo sobre ti dices?
¿Qué escribe?
Diablo: Joder, tendré que leerte.
La Primera parte dice...
"Diablo: ¡Muerte!... ¡Oye muerte!...
Demonios ¿Ya te escondiste otr-... ¿Ya te escondist-"...
Espera... ¡¿Qué?!...
¡Es justo lo que nos estábamos diciendo nosotros!
¡Lo que escribe sólo pudo haberlo escrito alguien que pueda mirar por la ventana de la tierra al infierno!. ¡Un Vigilante!
Pero nadie puede vigilarnos, nadie puede vernos. Sólo podían los ángeles y Dios.
¿No es así, Muerte?
¿Muerte?...
¡Oye muer-!
Diablo Imaginando: ¿Qué? ¿Por qué no puedo hablar? ¿Dónde está Muerte?
¿Y por qué siento de repente que ya no me siguen, que ya no sigo?
¿Leonardo dejó de escribir?
¡Leonardo! ¡Ya no está! ¡Y lo que dice su computadora ahora es distinto:
"Ahora que voy a estar muerto dentro de un mes, me voy de paseo con la muerte, tal vez ella me enseñará a recibirla más tranquilo.
No sé preocupen, a la casa ya no volverá más la voz del Diablo."
- El Vigilante.
Diablo imaginando: Tenías razón, te tienen más miedo a ti, Muerte.