Tienes que aparecer.
Ya casi puedo ver el destello de tu nombre,
cruzando por la esquina siempre me tropiezo
con tu espejismo.
Sé que ya vienes, ya puedo sentirte, ya casi te tengo.
¿O serán las ganas que te tengo?...
Me encanta el negro,
y tus ojos son más negros que cerrar los míos.
Y tu mente ha retado a mi mente a un duelo de risas.
Y tus dedos se agarran de mi mano, no me sueltes.
No te conozco, pero no me sueltes.
Porque cuando me miras siento que me tiembla la vida.
Hoy ya son tres días desde que no te veo. ¿O eran cuatro?
Creo que han sido cinco, pero se sienten como seis.
Sin tu cara de esperanza los días se me pasan como brisa,
como apagar y prender la luz.
Mientras estoy escribiendo se me pasan los días.
Pero, en medio de la espera y la ausencia de certeza, tienes que aparecer.
Ya casi puedo ver el destello de tu nombre,
ya casi puedo sobarte el cabello acostada en la cama,
ya me siento contigo acostado en el pasto de noche mirando el profundo cielo.
Sé que ya vienes, ya puedo sentirte, ya casi te tengo.
...¿O serán las ganas que te tengo?...
