Ya, ya esta pasando.
Ya el deseo no me enloquece, y no hay tanto fuego dentro de mi.Ya me estoy controlando, ya me estoy apagando, y ya se está es extinguiendo el desespero.
Ya no existe la ansiedad.
Ahora estoy calmado, resignado, detenido en el tiempo de un alma que una vez más no se atrevió.
Y es que estuve a punto de hacerlo, de levantarme y acercarme a sus labios, de besarlo con locura y desenfreno, de tocarlo con pasión ardiendome las manos de fuego.
Pero no lo hice, y no se lo he confesado.
Ahora tal vez él nunca lo sepa.