Cruzando la esquina de las palmas
me encontré a una niña azúl.
Tenía los ojos llenos de interés
y se sabía mi nombre.Yo al verla no sabía que era yo mismo
hablandome de frente,
ni tampoco sabía que ella se acomodaría en mi mente como quien tiene casa propia.Yo no soy el culpable.
Nadie me avisó que esto pasaría así.
Esa niña azúl me regaló un pedazo de identidad, y me disparó 6 veces sin avisar :
Un disparo al pensamiento,
un disparo al Alma,
un disparo a los ojos,
un disparo a los oidos,
y como el corazón se estaba escondiendo, recibió dos disparos.Parece mentira el poder del sentimiento que existe entre nosotros,
parece magia la manera en la que las horas corrieron en esa llamada nocturna.
En conclusión, todo parece una mentira mágica.Pero bueno, sea lo que sea ya somos azules.
Ya el mundo se pintó y los demás colores están durmiendo.Mis ideas son azules, y mis lágrimas también.
Mi último poema es doloroso y azúl como las 6 heridas de esas balas que recibí.Ya te podrás imaginar de qué color es mi sangre.