Estaba muy ocupada viendo sus hermosos ojos color cielo al atardecer que no me percate que mis padres nos veían con una cara que si no estuviera loca, juraría que están encantados con la historia de cuento de hadas que Ben invento, vaya caso el que me toco.
Cuando mis padres iban a hablar, una voz a lo lejos se escucho.
-Con que eres tu él que se rapto a Stacey-dice Emely recién levantada del sofá con un cabello de nido de pájaros sobre ella y sin mencionar que tiene su bate en la mano. Juro que tirare ese maldito bate a la basura cuando no se de cuenta.
-Un gusto conocerte-dice Ben siguiéndole el juego y guiñándole el ojo.
Ella se pone una mano en el pecho fingiendo que la ofendió de algún modo. Pero de una cosa estoy segura, el príncipe se arrepentirá de haberle dicho eso, ya que ella no es una persona que le guste que las demás se burlen de ella. Y eso me lo dejo muy en claro, pero por venganza le quite la cabeza a uno se sus osos, era un oso malo.
-Muy bien, no me culpes por lo que estoy a punto de hacer.
En un abrir y cerrar de ojos Emely corre hacia Ben para darle con su bate, pero mi madre la toma de la cadera justo antes de cometer un asesinato a la corona.
-Lamento la actitud de mi hija, ella no suele ser así-dice mi madre mientras a la carga y sube con una Emely gritando y pataleando.
Mientras subía, Emely miro fijamente a Ben y le hizo una seña con su dedo pasando por su cuello dando a entender que lo quería matar. Entonces Ben junto dos de sus dedos para formar la figura de un arma y dispárale. Prometo que me arrepentí no haber tenido la maltita cámara para poder tomar la cara de Emely, fue sumamente épica.
-Bueno, te permitiré salir con mi hija-dice mi padre levantándose de la mesa-Pero aunque tu seas alguien en el trono, no me impide ir a tomarte del cuello por hacerle algo a mi hija.
Termina diciendo mi padre amenazante a Ben, mientras él escucha atentamente las palabras de mi padre como un buen niño que tiene que aprender la lección. Puede que él este sufriendo por el regaño de mi padre pero esta portándose firme para que no note los nervios ocultos.
Mientras escucha el sermón que mi padre le dice, Ben aprieta suavemente mi mano rogando por un poco de ayuda. ¿Done diablos esta la cámara cuando la necesitas? Me rio por dentro mientras él pide por un auxilio con sus ojos. Que lindos ojos apropósito.
-Bueno padre, creo que ya es suficiente, Ben ya sabe la lección-digo mientras le regalo una sonrisa
-Espero que así sea-dice y sube las escaleras para luego desaparecer.
Nos levantamos ambos de la mesa para que Ben respire mejor, nos dirigimos a la sala donde el puede tranquilizarse mejor. Ver que su semblante frio y ojos perdidos ya no están me hace sonreír levemente, lo mas probable es que él se oculte en algo que no es.
En el momento que ya no se ve, Ben suelta aire que estaba conteniendo y se afloja la corbata que se veía que lo estaba arcando, así que sin pensar mis movimientos me acerco a él lo suficiente como para que se sorprenda por mi cercanía.
Con cuidado poso mis manos sobre su cuello voy desabrochando con cuidado el nudo de la corbata, al menos uno de los dos podrá respirar. De reojo paso viendo el bello lunar que decora tiernamente su cuello, es muy lindo.
Termino de quitársela y volteo a verlo. Él me miraba con atención y curiosidad, sus ojos posados en mis manos donde se encuentra la corbata, luego sube su mirada delicadamente a mis labios y los deja ahí.
Pero reacciono ¿Quién rayos me creía para venir y quitarle la corbata? QUERAYOS. Estaba a punto de disculparme pero él me toma de la mano en donde se encontraba la corbata y me acerca a él. Sus ojos no se apartaron de los míos, nuevamente esa mirada de curiosidad me hace recordar que me tiene una respuesta pendiente a la pregunta que le hice afuera, pero el se me adelanta.
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Entre tú y yo: Un cuento de la realeza
Teen FictionHabía una vez una chica que... No, así no. Las cosas no son tan simples para ser de un cuento de hadas. Fiesta, príncipe, amanecer loco y contrato. Gracias a esos acontecimientos, la vida pacifica de Stacey Collis cambia tan drásticamente cuando con...