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-Ben, detente-digo entre besos para tratar de pararlos.-Estas ebrio.

-Shhh déjame trabajar-susurra Ben mientras baja a mi cuello besando todo a su camino.

Un suspiro deja mis labios al sentir como lame y chupa todo mi cuello. Mi respiración es un desastre y las piernas ya no me funcionan, la excitación abre paso en mi interior y la razón abandona mi cuerpo, ya no puedo pensar mas, no si Ben ataca una de mis zonas débiles de esa manera.

Ben camina un poco hacía a tras llevándome con él, de pronto se deja caer en el sofá donde anteriormente se encontraba. Toma una de mis muñecas y me jala hacía él haciendo que me ponga encima. 

-Mucho mejor-dice con su ronca voz.

No pierde el tiempo y me vuelve a besar y esta vez no exijo que me suelte, me uno mas profundo a su beso, lo tomo por su nuca hasta subir a su cabello y de regreso. El beso sube de intensidad y ahora es mas desesperado y apasionado. Sus manos suben al cierre de mi vestido y lo baja rápidamente dejando así expuesto el brasier que cubre mis pechos. Lo tomo de su corbata y lo atraigo hasta a mi, se la desato como puedo y se la quito por completo.

Desabrocho su camisa y puedo visualizar su abdomen bien marcado, bajo mis manos desesperadas y sobo cada parte de este, oigo un gruñido salir de sus labios y es el sonido mas sexy que he escuchado nunca.

Antes de que pueda terminar con mi ataque, Ben me toma de las piernas y me lleva hasta su cama sin despegar sus labios de los míos. Su espalda cae en la cama estando yo aun arriba, sus besos bajan nuevamente a mi cuello robándome un gemido. Sus agiles manos van al broche de mi sostén y me lo quitan. Una sonrisa sale de sus labios al verlos, da una vuelta quedando él encima de mi. Termina quitándose la camisa y la tira a un lado, quita lo que quedaba de mi vestido y vuelve su boca a la mía mientras que sus manos buscan mis pechos y los masajea.

- Ah Ben- gimo al sentir su lengua en mis pechos.

- Sigue así princesa, gime para mi.

De pronto empieza a sacarse los pantalones y los deja caer junto con su bóxer, y ya con eso aprecio al  Dios griego que tengo delante de mi. Ya no es el Ben que conocí, ahora es una bestia con deseo en sus ojos.

Aparta mis bragas y me toma de los tobillos para jalarme al final de la cama. Toma una de mis manos y la coloca junto a mi cabeza apretándola mientras me mira buscando aprobación para poder hacer su movimiento. Asiento con mi cabeza y él entra en mi.

No era mi primera vez haciendo esto, ni la segunda, pero la sensación que Ben me provocaba era diferente. Él hacia que me estremeciera y que la respiración se me dificultaba con cada estocada que daba. Podía sentirlo todo dentro de mi, él se veía mas excitado con cada movimiento que daba. Yo ya estaba al borde, podía sentir que venia el clímax de la situación.

Ben aumenta sus movimientos y su piel se estremece. Lo tomo fuerte de la espalda sin importar que le este clavando las uñas, no puedo contener mas mis gemidos. De pronto oigo como gruñe, y da una fuerte estocada para terminar.

Se abalanza un poco hacia adelante. Parecía cansado, pero quien no, yo ya sentía que los ojos se me cerraban y que con un simple movimiento quedaría dormida. Tomo una de sus mejillas y me levanto para besarlo.

- Me gusto-dice susurrando con una sonrisa.

-A mi igual.

 Probablemente él fue el primero en caer rendido, tomo demasiado alcohol  y me hacia preguntarme si recordara sobre esto mañana, y si no lo hacía lo molestaría sobre esto durante un buen rato hasta que lo recordara.

Así que después de taparlo adecuadamente y de quedarme viendo el buen cuerpo que tiene y que se me quitaran las ganas de tocarlo, me dormí.

***

Entre tú y yo: Un cuento de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora