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Llegamos a la fiesta y lo primero que oigo es la música a todo volumen que se escucha dentro de la casa, mas bien digo que esta casa es como una mansión, ahora entiendo a que se referían a que el príncipe estará aquí, a quien no le gustaría estar en una casa así.

Entramos por la lujosa entra y por adentro se miraba de todo un poco, personas bailando y bebiendo, uno que otro pasado de copas, otros haciendo algo que se supone deberían hacer en una habitación y varios chicos guapos, supongo que se pondrá interesante.

Mis amigas y yo nos fuimos a la barra a pedir unos tragos, la verdad no era la primera vez que bebía, pero cada vez que lo hago no me hago responsable de mis acciones.

-Hola chico, ¿nos darías tres de tu trago mas fuerte?- pregunta Nora al chico que esta atendiendo en la barra.

-Claro, en seguida-dice el chico mientras se va a buscar el trago.

-Muy bien, ahora a lo que venimos-aclara Hanna.

-Si, hay que hallar a ese hermoso príncipe- comenta Nora entusiasmada.

-Yo creo que me quedare en la barra un rato mas- contesto ya que yo no quiero ir a buscar a un príncipe en esta jungla de borrachos. En ese momento llegaron nuestros tragos.

-¡Salud!-gritamos las tres antes de tomarnos el trago. Siento como un líquido quema por pocos mi garganta pero me voy acostumbrando según los tragos que voy tomando.

-Bueno nosotras nos vamos a buscar a nuestro príncipe-dice Nora borracha y arrastrando las palabras, a comparación de ellas yo no estoy tan borracha, yo se tolerar el alcohol mejor que ellas.

-Que les vaya bien y por favor no realicen nada estúpido- grito levantando una copa en forma de saludo hacia ellas.

-Cariño, estas hablando con las reinas de las estupideces- grita antes de desaparecer entre la gente y dejándome completamente sola.

***

-¿Que estoy haciendo?-digo dándome cuenta que no me estoy divirtiendo como debería, a la mierda el auto control. Pido otro trago mas fuerte que el anterior y me lo tomo de un sorbo antes de irme a bailar.

Así me pase las ultimas horas, bailando con desconocidos, bebiendo y volver a bailar. 

Estaba bailando sola, hasta que sentí como unas manos rozaron mi cintura y de un momento a otro me aprieta contra él, siento su respiración contra mi cuello y como sube y baja sus manos de mis caderas, se siente bien. Me volteo para poder visualizar quien es, pero la oscuridad y yo estando borracha no ayuda mucho, siento que lo conozco de alguna parte pero no recuerdo cual pero no puedo negar que se mira guapo, sus ojos me visualizan de arriba hacia abajo y de vuelta al rostro.

Sus ojos toman dirección a mis labios y yo a los de él, cansada de que él no hace ningún movimiento tomo la iniciativa y lo beso. El beso al principio fue lento, pero empezó a tomar otra tonalidad, era fugaz y salvaje, sus labios me encantaban, sabían a menta y alcohol, poso una de sus manos en mi rostro para aumentar la tención, yo puse una de mis manos en su cuello para poder aumentar la fuerza del beso.

Nos separamos para tomar un poco de aire, se me hacia frustrante no reconocerlo, soy muy mala recordando rostros, y pensar que lo había visto en alguna parte, pero bueno, mi mente se escapo a borracholandia y no podre recuperarla.

-Te gusto verdad- musita con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

-No lose, pudo estar mejor- respondo mostrando una mirada picara.

- ¿La princesa no esta satisfecha aun?

-Tenemos toda la noche.-digo y esta vez es el quien empieza el beso.

Entre tú y yo: Un cuento de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora