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No contesto, oír su voz no hace mas que incrementar mis ganas de llorar y así lo hago.

- Tienes que escucharme atentamente.

- ¿Dónde esta?- sollozo al no contenerme más- ¿Por qué se fue Eithan?

- Stacey tienes que escucharme, eres la única que puede detenerlo ahora mismo.- exclama alterado, como si supiera algo que yo no.

- ¿A que te refieres?- pregunto confundida.

- Esta a punto de abordar un avión para irse a quien sabe donde. Me dijo que te dijera que te ama, pero que esto es necesario para que ya no estés mas involucrada, y que si tu no te alejabas él lo haría.

No puedo creerlo. Se fue aunque le dije que si lo hacia me dañaría, pero no le importo. Ahora manda a su hermano a decirme lo que no pudo decirme de frente y esta a poco de subirse a un avión y desaparecer.

- Pero como sabrás no soy un hermano cualquiera que cumple todo lo que le piden, así que mas te vale ir por tu príncipe antes de que se vaya y quien sabe si volverá. Ahora mismo voy en el auto hacia el aeropuerto, así que espero verte en las noticias como la loca chica que va por el príncipe ¿Entendido?

Y ahí esta, mi rayo de esperanza que necesitaba para levantarme del suelo decidida de no dejarlo ir. Dejo de llorar y como puedo seco mis lagrimas, tomo el aire que le faltaba a mis pulmones y con todo el autoestima en alto respondo:

- Estoy en camino.

En cuanto termino la llamada salgo disparada fuera de la habitación de Ben y cruzo los largos pasillos del palacio para llegar al estacionamiento. Cada segundo cuenta, sino llego a tiempo podría perderlo y no se si para siempre, es mi hora de pelear por lo que somos y por lo que definitivamente seremos.

Llego al estacionamiento y efectivamente su auto favorito no esta al igual que su chofer, ahí caigo en cuenta que no se exactamente como perseguirlo, pero algo que si se es en donde están las llaves de cada auto. Tomo las llaves del mercedes negro y lo busco hasta encontrarlo.

Se que es estúpido que sepa conducir y que aun así Nora me iba a dejar al instituto, pero no es momento de pensar en eso.

Arranco el auto cuando lo encuentro y tomo camino hacia el aeropuerto sin importarme los constantes gritos de los guardias de tras de mi.

Conduzco lo mas veloz que puedo, quitando a los autos del camino para que no se me haga difícil cruzar. Estoy cerca, solo un poco más. Llegare a tiempo, se que lo haré, porque si no es así no se que hare sin él, hasta hace poco me di cuenta que lo necesito en mi vida y no estoy dispuesta a perderlo.

Llego al aeropuerto con el corazón acelerado, las manos no me dejan de temblar por la ansiedad de la situación y en cualquier momento la respiración podría empezar a fallarme.

Dejo el auto afuera y como puedo salgo del auto para entrar deprisa al edificio donde miles de personas se encuentran obstruyéndome el camino y la vista. Quito a cada una y me adentro más al lugar.

- Perdón- quito a una por una recibiendo una mirada asesina de cada una- Permiso esto es importante.

Busco en todas partes a alguien con el cabello oscuro, ojos color cielo y una sonrisa perfecta pero nada. Empiezo a desesperarme por encontrarlo y las ganas de llorar de la impotencia se hacen presentes pero las resisto. Tengo que ser fuerte, tengo que encontrarlo.

Me acerco al lugar donde los vuelos son confirmados y quitando a todos los que están en la fila me acerco a la señorita que esta concentrada en su computadora.

- Vuelo para el príncipe Benjamín, ¿En donde se encuentra?- le exijo una vez que estoy de frente.

Ella me ve molesta.

Entre tú y yo: Un cuento de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora