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El como se conocieron aún no está claro del todo.
No para el público al menos.
Después de un agradable partido en el cual Arthur participó y su equipo terminó siendo el ganador el y varios jóvenes más se quedaron en las canchas tomando cerveza y hablando tonterías con sus colegas.
No eran los únicos había un joven más, parecía el tipo de chico que es campeón de matemáticas.
Pasó delante de él, llevaba un montón de libros y se ajustaba las gafas con cada paso que daba.
Hizo una señal con la mano y todos pusieron atención en el.
-pareces perdido, no deberías andar por aquí a estas horas- el chico no parecía entender, miro su reloj de muñeca y frunció el ceño.
Estaba por contestar cuando entendió la referencia, su piel palideció solo un poco y apretó los libros más a él, como un escudo.
Intento dar otro paso pero Arthur fue más rápido y colocó su pie, haciéndolo tropezar.
Los libros se regaron al rededor de él, antes de que pudiera levantarse y recoger los libros.
El rubio tomó uno y lo empezó a ojera "química avanzada"

-regrésamelo por favor- le dijo el chico sus gafas estaban chuecas.

-yo digo que no- levantó el libro y estaba dispuesto a lanzarlo cuando otro chico apareció en la escena.
Su cabello negro enmarcaba su rostro pálido y sus ojos azules se veían increíblemente profundos.

-es suficiente por hoy amigo- le dijo y le arrebató el libro de las manos si darle a Arthur oportunidad de renegar.
-Toma Fredi- le extendió el libro y le sonrió cálidamente al otro.
Los ojos cafés del contrario lo miraban con un agradecimiento infinito, después de eso comenzó a correr.

-¿como me as dicho?- pregunto Arthur al perlinegro cuando el mentado Fredi ya no estaba en las canchas.
-¿acaso no sabes quien soy?- El chico parecía indiferente, hizo un gesto gracioso y después sonrió de lado.

-¿un papanatas, e creído y tonto?- la ironía bañaba sus palabras.
Arthur estaba por alzar su puño cuando su hermanastra entró en acción.

-por fin alguien que sabe lo que eres... un gusto puedes llamarme Morgana- le extendió la mano y el chico la estrechó.

-¿no estabas en un debate?- le preguntó Arthur, pero Morgana no respondió.

-!Merlin¡- Gaius el director del hospital venía caminado exaltado y parecía realmente cansado.
Así que el chico se llamaba Merlin
-¿donde demonios te has metido? ¿Sabes cuanto tiempo estuve buscándote? No vuelvas hacer eso- le regaño como niño pequeño.

-no puedo prometer nada- le sonrió con cariño al anciano y se acercó a él.

-veo que ya conoces al príncipe Arthur y Morgana- le dijo, Arthur pudo distinguir un poco de sorpresa en los ojos azules del joven y fue su turno de sonreír.

-¿príncipe?- le susurro a Gaius y este asintió.

-Debo suponer que ya te as presentado como se debe y no has sido descortés ¿verdad?- los ojos cansados del viejo resplandecieron con suspicacia y miro con seriedad a Merlin, ante el silencio de este Gaius pasó una mano por su rostro como acto de exasperación.
-señor este es mi sobrino Merlin Emrys, vino aquí para estudiar y ayudarme, no para meterte en problemas- le recalcó al joven.

-y no pienso hacerlo Gaius... no al menos que sea absolutamente necesario- el hombre mayor apretó los labios y le dirigió una mirada.

-Bueno, Príncipe Arthur, Lady Morgana- Gaius se inclinó solo un poco ante ellos, todo lo contrario a Merlin.

-no puedo creer que sea el príncipe, es muy tonto-

-!Merlin¡- de nuevo Gaius le riñó, de nuevo Gaius.

-lo siento..pero es la única verdad- ambos se alejaron del grupo más grande.
Dejando a una encantada y risueña Morgana y aún molesto Arthur.

Como ya abre explicado antes la historia viajará del pasado al presente y así continuamente.
Espero les guste y los disfruten 🥰
Los leo después 😘

Miedo al destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora