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-!Arthur!- escuchó su nombre fuerte y claro, pero el se sentía bajo el agua.
-!Arthur!- pestañeó un par de veces antes de levantarse por completo.
Estaba bañado en un sudor frío que hacía que su ropa se pegara al cuerpo.
Su rostro estaba mojado, una mezcla entre sudor y lágrimas.
Sus cabellos rubios estaban mojados y pegados a su frente.
Se levantó con tanta fuerza que se callo de la cama, sus manos y rodillas pegados al piso frío.

Aún seguía llorando cuando sintió las manos de alguien levantar su rostro con delicadeza.
Los ojos de Merlín lo observaban con preocupación, sus manos acariciaron sus mejillas y sus brazos, movimientos suaves con la intención de relajarlo.

-¿que es lo que sucede?- Merlin había presionado el botón en cuando Arthur no respondió a su llamado y seguía susurrando cosas incomprensibles para sus oídos.

-Es Arthur- le gritó desesperado a Lancelot, el castaño entró rápido y lo vio.
El rubio no podía respirar, parecía estar en un trance, separó con cuidado a Merlín y lo encaró.
-¿que es lo que le pasa?- le susurro, el pelinegro se abrazo a si mismo.

Lancelot lo supo desde que lo vio, Arthur el valiente rey estaba teniendo un ataque de pánico.

-Arthur mírame- los ojos azules del príncipe estaban observándolo pero sabía que no lo observaban a él, pues su mirada estaba desenfocada.
-Arthur mírame- le ordenó de nuevo -respira conmigo ¿lo entiendes?- Lancelot sabía que Arthur se desmayaría si no respiraba, pero parecía imposible que que el hiciera esa simple acción.

-¿que puedo hacer para ayudarlo?- se acercó Merlín, el castaño sabía que ahora  sólo tenían que traerlo de vuelta.
Lancelot solo dejó de obsérvalo un momento pero fue el tiempo suficiente para que Arthur se desplomara.

-llamar a un médico- le dijo, tomo a su amigo del brazo y lo recostó en la cama.
Escuchó que Merlin se movía por la habitación y solo unos minutos después un médico y dos guardias más estaban entrando.
Se notaron sorprendidos cuando entendieron que el enfermo era Arthur, el siempre resistente príncipe.
Lancelot sacó de ahí a Merlin cuando noto su cara de angustia.

-¿el estará bien?- el castaño asintió, tomo del brazo a Merlin y recorrieron el pasillo en silencio, abrió la puerta del estudio del médico y entraron.
Lo ayudo a sentarse y le coloco la primera frazada que encontró.

-sabes que Arthur estará bien ¿verdad?- se acercó a Merlin y se sentó frente a él.

-estaba llorando dormido...yo...yo....no podía despertarlo-Merlin hipo antes de continuar -no sabía que hacer- Lancelot tomo su mano y le dio un apretón.

-ahora está con profesionales... no hay de que preocuparse- continuaron hablando asta que una luz tenue iluminó uno de los ventanales.
El pelinegro se había quedado dormido, acomodado en el mullido sillón.
Desató las pesadas cortinas se acercó de nuevo a Merlin acomodó la frazada y salió, con cuidado.

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-¿donde está Merlin?- fue la primera pregunta que le hizo Arthur cuando Lancelot entro a la habitación ya habían pasado las horas.
En el palacio ya se corría el rumor de que algo había pasado con Arthur.

-está en el estudio, se quedó dormido después de varias horas- su amigo suspiro, podía ver en los ojos de su príncipe el miedo y la desesperación.

-el está bien ¿verdad? ¿No le ha sucedido nada malo?- los puños de Arthur apretaban con fuerza el edredón de la cama.

-el está bien Arthur... mejor que tú- Arthur no levanto la mirada, se quedó observando como los hilos negros se entrelazaban con el blanco de la colcha.

Miedo al destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora