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La música ceremonial estaba comenzando, se escucha como un eco, la iglesia estaba llena.
Gente de todos los lugares del mundo había sido invitada, se hacía notorio por los colores, lenguas y pieles.
Se pasó la la lengua por sus labios y dirigió su mirada al largo pasillo, la alfombra roja parecía demasiado larga.
La música seguía pero no veía a Merlin por el camino o en la entrada ¿se atrevería a dejarlo plantado? Leon se encogió de hombros cuando sus miradas se cruzaron, mientras Gwaine parecía decirle que él y el alcohol estarían para el, paso saliva y apretó sus manos.
Levantó de nuevo su mirada y lo vio.
La luz que las ventanas le daban, junto a ese traje tradicional blanco lo hacían ver como el ángel que siempre era.
Parecía que había batallado con su cabello, siempre estaba despeinado y era algo que el amaba.
Se podía sentir la felicidad que ambos estaban emanando.
Entrelazaron sus manos y pronto ambos estaban juntos y seguros, después de jurarle a Gaius no hacerle ningún tipo de mal a su muy querido sobrino.
Sus miradas jamás se separaron una vez que se encontraron y fue gracioso cuando Merlin tropezó unos pasos antes de llegar.
Sostuvo el ramo cuando este estaba por caer.
Ese era su Merlin, un torpe y dulce muchacho.
...
Recién salí de vacaciones de Semana Santa y tratare de aprovechar 😉

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