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La joya

Arthur ya lo había pensado.
La idea de que Merlin viviera con el, que ambos compartieran techo y lecho.
No solo era buena si no magnifica.
Ahora Arthur hablaba con su padre, sobre compromiso y matrimonio.

-hijo ¿te das cuanta lo que ocasionarías?- la expresión que le dirigió fue inexplicable.
-té deje ser libre ya el tiempo suficiente- le exclamó sin soltar la pluma.

-¿libre?- Arthur dejó salir la pregunta con sarcasmo, se levantó de su silla y resopló lleno de frustración.
-¿que es libertad para ti? Me dejaste ser novio de Merlin pero exigiste que mi relación se mantuviera en secreto y ahora te digo que lo amo y deseo que el gobierne a mi lado por que el me hace mejor y me dices que es el anticristo- sus ojos azules brillaban con tanta furia que su padre por fin dejó de lado las cartas y recados.

-pensé que se trataba de una etapa Arthur, eres parte de la monarquia y la monarquia tiene sus reglas, sabes lo que opinamos sobre todo eso-

-!no es una maldita etapa¡ yo no cambiare mis gustos de la noche a la mañana y si tú no eres capaz de aceptarme es mejor que cambies mi nombre como heredero al trono- Arthur salió furioso del estudio de su padre, no llego a comer ni tampoco a la cena.
Uther pensó que se trataba de uno de los muchos berrinches que su hijo realizaba para obtener lo que quería, el no cedería.
Pensó en cuando Arthur tuvo diez años y le pidió como regalo de navidad una patineta, el como se aferraba a ella y lloraba.
Después también recordó cuando Arthur tuvo la dichosa patineta, dos semanas fue el tiempo que duró con ella, antes de que la olvidara en el cuarto de juegos.
Se le pasaría, tarde o temprano dejaría el tema por La Paz.
...

Uther observo al muchacho, su cabello negro estaba disparejo pero le sonreía con ternura a los pequeños.
Una excursión de primaria estaban recorriendo los pasillos principales.
-¿las armas son buenas o malas?- le había preguntado.

-las armas no son malas, la maldad nace en aquellos que deciden que las utilizarán para herir un ser vivo- el pequeño parecía reflexionar un poco.

-entonces quien porta un arma es malo-

-la maldad y la bondad son divididas por delgadas líneas, algunas veces eres bondadoso por que tu eres feliz y cuando alguien llega y te molesta una parte de tu desea que también sientas la molestia que te hizo sentir, para que todos fuéramos felices tendríamos que dejar de lado los prejuicios y juicios- El Niño parecía más perdido, Merlin se rió por el inconveniente.

-y es por eso que no estudie pedagogía, sería un pésimo maestro- le respondió a la maestra quien le sonrió y le quito importancia con un movimiento de mano.

Merlin siempre lo había tratado con mucho respeto, Merlin trataba a todos con sumo respeto.
Sabía por las pláticas de sus trabajadores que el muchacho era un ser lleno de luz, al principio pensó que era por que el joven quería ganárselos.
Ahora no sabía que opinión tener.
Era notable el cambio que Arthur había dado a su lado, aún así eso no significaba nada.

Visualizo como su hijo venía, se acercó a Merlin y lo saludo como si fueran amigos y no pareja.
Merlin parecía querer tranquilizarlo, su hijo estaba tan molesto.
Ambos jóvenes se fueron del pasillo, el de cabello negro tranquilizando al rubio.
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Durante la comida Arthur se presentó, por el cabello húmedo Uther entendió que tuvo una ducha.
Aunque había tres personas en la mesa, nadie comentó absolutamente nada.

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Arthur había mejorado en sus calificaciones y su comportamiento, fue lo primero que Uther noto cuando el rubio conoció a Merlin.
Al principio sentía que había cierta revalidad, pero pronto eso se convierto en una amistad.
Uther terminó de aceptar esa amistad cuando Arthur dio uno de los mejores discursos, la excelencia de tal gramática lo dejó sorprendido y  feliz.
Luego de años de amistad, de ver al pelinegro por los pasillos del palacio andando y conversando con quien se atravesara en su camino.
Uther terminó por aceptarlo como amigo de Arthur, a tal punto que dejó que Merlin entrará en las múltiples comidas y reuniones.
Uther entendió lo importante que era el pelinegro para su hijo cuando Arthur se refugió con el chico después de la fuerte crítica que recibió del consejo.
Sabía que su hijo estaba más que perdido y triste, pues los comentarios habían sido terribles, destrozarían a cualquiera.
Fue una sorpresa que a la mañana siguiente este estuviera en el desayuno sonriendo, comiendo y platicando con Merlin.
En ocasiones pasadas Arthur decidía mejor quedarse en su alcoba y duraba semanas en salir.
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Arthur había regresado a casa después del accidente en su caballo con un silencio que pronto explotó.
El rey no estuvo nada sorprendido la noche que su hijo le confesó su amor hacía Merlin.
A pesar de las señales evidentes que este demostraba, Uther tenía la esperanza de que fuera sólo su imaginación.
Tubo una de las más terribles discusiones, Arthur se negó hablar con por un año, siempre había terceros que terminaban comunicándose con el.
Terminó por aceptar por que sabía que necesitaba de su hijo como su hijo necesitaba de su padre.
Sería solo una relación, ¿que tanto podía durar? Arthur era joven y lo más seguro es que estuviera experimentando.
Permitió entonces la relación, con una condición que está no fuera revelada por el bien de la familia.
Aunque su hijo hizo un gran escándalo y le gritó que era inaceptable, que no sentiría vergüenza por amar a alguien.
El pelinegro lo tomó con calma, alcanzó la mano de Arthur y la presionó, le dio una sonrisa suave y con caricias en la espalda lo tranquilizó.
Ahí termino todo, Arthur se conformo, acepto que su relación se mantuviera fuera del ojo de cualquiera que no fuera alguien de su estricta confianza y lo hizo increíble.
Pues Uther no encontró diferencias, Merlin seguía acompañándomelo a las reuniones y comidas formales, así como lo observaba por las tardes en la mesa de la biblioteca estudiando, no había tanto cambio, tal vez solo algún muestra de afecto cuando estos estaban solos.

Ahora Uther no sabía que hacer, su hijo y próximo rey quería que Merlin un hombre fuera su consorte.
Era completamente un escándalo e inaceptable, la monarquia no aceptaría eso.
Aunque al final el tenía la última decisión.
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-tranquilízate- Merlin hablo con una suavidad enredadora, el rey no pretendía escuchar.
Pensó que la sala estaba vacía pero no.

-el no me dejará Merlin-

-es tu padre Arthur-

-eso no tiene nada que ver-

-claro que lo tiene, un padre siempre busca lo mejor para sus hijos, está asustado. Esto lo asusta, es nuevo para el y también es nuevo para sus reglas-

-por que simplemente no puede decir que si, ¿por que no puede aceptar lo que soy?- al rey se le quebró el corazón al escuchar la tristeza y decepción que su propio hijo estaba soltando.
Vio cómo Merlín le acunaba el rostro con ambas manos, le dio un simple rose de labios antes de volver a hablar.

-acepta lo que eres pero teme que los demás no lo hagan, así que trata de esconderte no por su bien si no por el tuyo, no quiere que los demás te hagan sentir mal, deberías verlo cuando tú das un discurso, sus ojos brillan de orgullo, o como se refleja su admiración cada que logras lo inalcanzable, te quiere y es su forma de mantenerte a salvo-

-no quiero estar a salvo, quiero ser feliz- Uther salió de ahí antes de seguir escuchando los reproches llenos de razón que su hijo dejaba salir.
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Entró sin tocar, eran las dos de la mañana y Arthur seguía metido en su estudio.
Uther recorrió el lugar, asta encontrar la cabellera rubia.
Arthur no levantó la vista ni se dirigió a su padre.

-Arthur, cuando conocí a tu madre- comenzó el rey tomando asiento en uno de los sillones.
-me sentía... inefable, no podría encontrar palabras para relatar todo- le sonrió - era la mujer perfecta para mi por que me hacía más sabio y feliz, hoy me di cuenta que es lo mismo que Merlín hace por ti, el té ayuda, te aconseja de una manera fascinante y se que te hace una mejor persona, seria un tonto si no permito que tú lo seas, quiero que seas tan feliz como yo lo fue y si Merlín te hace sentir así, no me opondré a tu boda, bendeciré tu unión y podrás ser tan libres como cualquier otro- había un silencio espeso en ella habitación, Arthur no sabía que decir, se jalo el cabello antes de pellizcar su brazo.
-no es un sueño o una alucinación, es real, ahora. Se que es tarde pero ¿por que no vamos a elegir el presente con el que sellaras esta unión?-
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La realeza tenía múltiples joyas, algunas más estrafalarias y llamativas, otras comunes y otras especiales y raras.
No sabía por que pero Arthur decidió que el anillo que Merlin llevará en su mano fuera, precisamente uno de las más especiales.
Su padre al principio descordó por la elección pero pronto entendió que su futuro Yerno era tan fascínate y único como la piedra que el anillo que su hijo había elegido.
No importo que fueran las tres con veinte minutos de la madrugada, pronto los amigos de su hijo estaban ahí, con el sonrientes, felicitándolo y proponiendo celebrar.
Sabía que habría un gran escándalo pero eso no lo dejó inquieto pues ahora sabía que había hecho todo lo posible por hacer feliz a su hijo, tal como se lo había prometido a su amada y difunta esposa.
...
Dejó esto por aquí y me marcho 🤷🏻‍♀️

Miedo al destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora