"Necro...

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Si es para crear nostalgia no hay duda de que la perfecta combinación entre el frío y la lluvia es más que la indicada para acompañar momentos tristes... tal y como el que se presentaba ahora en aquel lamentable y nostálgico velorio lleno de sollozos y lamentos por parte de la mayoría de los presentes.

Al notar las fuertes gotas que cayeron de repente, los presentes habían comenzado a sacar sus paraguas o pasar a retirarse mientras otorgaban sus condolencias a los familiares del joven fallecido; siendo estos dirigidos en especial al joven pelinegro que seguía mirando fijamente la tumba en dónde ahora yacía su amado.

El slytherin aún se preguntaba... "¿Por qué?" A pesar de que lo vio completamente débil... jamás se imaginó que ese chico al que le juró amor eterno un día se encontraría 3 metros bajo tierra.

Sin soltar la ya destrozada rosa que sostenía sus manos, una triste expresión se hizo presente en su rostro. No le importaban los lamentos de los demás o sentir el agua que ahora le empapaba completamente... Él estaba decidido a no moverse ni un solo centímetro de dónde se encontraba.

Aún no sabía qué era lo que esperaba que pasara con solo mirar por varias horas aquella lápida que ahora tenía inscrito el nombre de su querido... Todavía lo recuerda; aún tiene presente en su memoria la primera expresión que ese muggle le otorgó: Una tierna y grata sonrisa junto a un amigable saludo.

No se lo esperaba... definitivamente no se lo esperaba. Él no era alguien de enamorarse fácilmente o desviarse de su trabajo solamente porque una persona le pareció linda, pero hubo algo en ese joven que le llamó tanto la atención.

Cuando le dijeron que se tendría que meter a un hospital muggle para borrar los recuerdos de afectados por parte de magos tenebrosos creyó que su trabajo sería entrar y salir como muchas veces lo había sido. No mentiría, era uno de los trabajos que más odiaba ¡Lidiar con muggles era tan agotador y molesto! Y más porque muchos de ellos seguían traumados y armaban un tremendo escándalo al verle sacar su varita ¡Que trabajo más pesado y aburrido para un auror!

Le aburría y fastidiaba tanto... pero al final era su trabajo. Decidido a terminar lo más rápido posible, entró con sigilo a aquel lugar tan diferente al suyo. Dejando de lado su parte repugnante, a veces los muggles le sorprendían pues muchas de las cosas que los magos solían hacer agitando nada más sus varitas, ellos lo habían reemplazado con tecnología... simplemente sorprendente, pero nada más allá de eso. Creía que no había nada más especial en alguno de ellos... Hasta que lo conoció.

Una simple equivocación, eso fue lo que pasó... Por error entró a otra área y sin avisar con varita en mano, entró bruscamente a una habitación. La sorpresa que se llevó al ver a una persona completamente diferente a la que mostraban las fotos no se la quita nadie. ¡Lo que le faltaba! Ahora tendría que desmemorizar también a este muchacho... ¡Merlín cuanta pereza!

El chico que estaba postrado en la cama estaba... sorprendido. Nadie más que su madre le visitaba y no reconocía al muchacho frente a él. Aunque después de unos segundos de simplemente observarse con confusión comenzó a reír ¡Le fue imposible evitar soltar esas risas! La expresión que había puesto quien estaba frente a él era muy graciosa.

Cuando vio cómo se asomaba una sonrisa por parte del muggle quedó completamente hipnotizado... por un segundo creyó haber visto un ser mágico, pues un pequeño rayo de luz de poso justamente encima de él en ese momento; los ojos cafés le brillaban con una gran intensidad al igual que su cabello del mismo color.

Despertó de aquel momento al escuchar unas cuantas carcajadas que poco a poco se fueron haciendo más fuertes. Reacciona de forma agresiva y con malhumor cuestionó a ese chico.

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