¡Feliz cumpleaños Hufflepuff!

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-¿¡Que?!-

La molesta voz de un Slytherin se hizo presente en toda la habitación. Un ceño fruncido y varios reclamos por teléfono eran pruebas de que no estaba de muy buen humor.

-¡No! ¡Si usted no me cumple le juro que le meteré su rembolso por el cu-! El sonido de que la llamada había terminado solamente logro hacer que un tic de molestia apareciese.

-¡Carajo!- El joven lanzo con violencia el objeto y luego dio un sonoro quejido al aire.

Respiro unas cuantas veces en un intento de calmarse. Con pesadez se sentó en el sofá para juntar las manos y dar un suspiro... Si hubiera sabido lo estresante que sería lidiar con todo ello, definitivamente hubiera planeado otra cosa.

Cansado se sobo la frente para luego mirar el panorama de su hogar y hacer una cara de asco. Aún tenía que limpiar y decorar todo; pero resulta que los imbéciles que le ayudarían no podrían venir hasta mucho más tarde, y él no tenía tiempo de esperarles.

Si fuera algo para él definitivamente se hubiera rendido desde que la tonta mujer que haría el pastel, le comento que ya no podría tenerlo listo por unos "problemas" pero era el cumpleaños de su novio.

Era claro que las reuniones no eran su fuerte, es más ni siquiera le gustaban... pero ahí estaba: inflando globos con todo su aire, cocinando pastelillos a la falta del pastel, colgando las ridículas decoraciones que compro y peleándose con los idiotas que se encargarían de traer otros cosas.

La razón de que estuviera tan comprometido a cumplirle al tejón era fácil de adivinar: Fue su idea... Si, contra todo pronóstico aquel joven era quien le propuso a su pareja festejar su cumpleaños, pero todo tenía una explicación.

La realidad es que ninguno de los dos era tan entusiasta con los cumpleaños, hufflepuff los disfrutaba; pero nunca hacia nada como tal o bueno... no para él, porque cuando se acercaba el día de nacimiento de la serpiente ahí sí, el muchacho se transformaba.

Nunca había entendido la emoción del tejón por festejarle, a su parecer era una celebración algo innecesaria, pero para el contrario era motivo de alegría y risa (Hasta ahora entiende porque). Desde que lo conoció ha notado que cuando esa fecha se aproxima, su pareja se muestra mucho más cariñosa y positiva, incluso más de lo que normalmente era.

Era normal que el castaño le festeje y organice su cumpleaños con alguna reunión o salida a sus lugares favoritos; pero claro que no únicamente se encargaba de su día de nacimiento, si no, que también era el encargado de los de sus amigos... solamente que él siempre se llevaba la mejor parte.

Por supuesto que nunca se ha negado a las sorpresas que le daba el menor, que para otorgarle el mérito; ni siquiera podía. Hufflepuff no solo se encargaba de hacerle sentir como la persona más dichosa cada día, si no, que en su cumpleaños este daba todo de sí para que su festejo sea siempre lo más adecuada y compatible con la personalidad reservada de la serpiente.

Definitivamente era afortunado de tener a una persona que le hacía sentir tan amado junto a él. Cada que podía daba gracias a la vida porque ese tejón haya llegado a alegrarle sus días... Y es por eso que cuando noto la actitud decaída del menor, su lado protector se hizo presente.

No tenía mucho que llego del trabajo, Hufflepuff le había recibido con una inusual tranquilidad. En un principio creyó que solamente estaba cansado, pero llevaba rato observando la ventana de la habitación sin hacer ruido alguno.

Se recargo en el marco de la puerta mientras intentaba adivinar qué era lo que sucedía con su novio; esos ojos decaídos no eran comunes. No podía soportar verlo así, en serio quería hacerle sentir mejor.

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