Gran amigo

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El sonido de la madera vieja crujiendo era de temer. Con varita en mano, y atemorizado volteaba a ver a todos lados. Las goteras y la oscuridad solo empeoraban todo. El temblor de sus manos era incapaz de ser disimulada, y reteniendo las ganas de correr hacia la salida respiro hondo para abrir la boca.

-¿Por qué fui tan imbécil como para meterme aquí Merlín?- Susurro con arrepentimiento.

Aquel castaño de ojos grises no dejaba de reprocharse como es que paso por su cabeza el haber aceptado ese estúpido reto. ¡Nadie en su sano juicio entraría completamente solo a la casa de los gritos! ¡Nadie excepto el!

¿Su nombre? Leonard Todd. Un hufflepuff de sexto año y seguramente la persona más miedosa que conocerás en tu vida. Leonard podía ser muchas cosas, dedicado, tierno, amable, creativo, carismático, etc. Pero lo que definitivamente no era, es ser valiente y eso todo el mundo lo sabía.

No es una cualidad que le gusta presumir, pero en su defensa no es culpa suya asustarse con facilidad, sus hermanos siempre le aterrorizaban de maneras horribles cuando no era más que un niño, era obvio que se volvería así de cobarde.

Gracias a su característica debilidad era presa de muchas burlas y bromas pesadas. No es como si le agradarán pero tampoco eran insoportables, así que simplemente las ignoraba lo más que podía, aunque esta vez le fue imposible, se habían metido con su comida y eso no perdona.

Habían ido a una de las tantas visitas que se organizaban a Hogsmeade; él estaba feliz sin hacerle daño a nadie comiendo unos dulces, cuando 3 chicos comenzaron a lanzarle bolas de nieve a lo que optó solo por sentarse y cubrirse detrás de una roca para seguir comiendo.

-¡Hey Leonard! ¿No tienes ganas de jugar con nosotros?- Un chico de Gryffindor se había acercado a él y paso su brazo por el cuello del muchachillo.

- Si jugar con ustedes significa ir a la enfermería después, si, no quiero jugar.-

- Oww, parece que nuestro niño hoy se puso valiente.-

Los otros dos comenzaron a burlarse a lo que el castaño se quitó algo incómodo del agarre del Gryffindor.

- Vamos... Solo quiero comer mis dulces en paz.-

-¿Estos?- De improvisto le había quitado de las manos una rana de menta y comenzó a pasarla por las manos de su grupo de amigos.

-¡Devuélvanmela!- Todd saltaba y perseguía a los tres intentando atrapar su rana de chocolate.

- Flipendo.-

Uno de ellos le había lanzado un hechizo provocando que cayera torpemente en la nieve, lo cual resultó en más risas del grupo de Tyrone quien guardo aquel dulce antes de sonreírle y extenderle la mano para que se parase.

Ignorando la ayuda de su adversario se puso de pie y decidido a enfrentarse a los chicos de Gryffindor, les llamo la atención.

-¡Ya estuvo bueno! ¿Qué es lo que tengo que hacer para que me dejen en paz?-

- Oh vamos, no hay nada que puedas hacer gallinita.-

-¿Cómo de que no? ¡Haré lo que sea, y me compraran más dulces!-

-¿Lo qué sea?- Tyrone se acercó peligrosamente al hufflepuff quien solo trago en seco.

- Lo que sea.-

Sus agresores tentados por la idea se miraron entre ellos.

- Entra ahí.- Uno de los chicos señalo la casa de los gritos haciendo que toda su valentía tomada se redujera a cero.

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