—La pequeña Perrie está por aquí.—Una de las monjas que trabajan en el orfanato le dijo a Natasha mientras que iban al patio de atrás del edificio, y Natasha ocultó su enojo al escuchar que ella se refería a Peter por su deadname.
La monja y Natasha pasaron al lado de una enorme puerta que daba paso al patio de atrás, en donde estaban muchos niños jugando. Natasha pensó que iban a salir, pero se sorprendió al ver a la monja dirigirse hacia un pasillo. La siguió y subieron unas escaleras hasta llegar a unos dormitorios. La hermana abrió la puerta de una habitación llena de camas, y en una de ellas estaban sentados Peter, y una niña de cabello platinado a la que Natasha No reconoció.
—¡Felicia!—La mujer exclamó enojada. Peter y la niña se sobresaltaron.—¡Sabes que Perrie no tiene permitidas visitas!
Hace una semana, cuando había entrado a la oficina de Fury preguntando si Peter podía quedarse con ella, Fury la había visto como si estuviera loca. Y tal vez lo estaba. No sabía qué era lo que le estaba pasando, o por qué se había apegado tanto a Peter por más que intentara alejarse de él. Tal vez su deseo de ayudar a aquel niño tenía que ver con la parte de ella que quería redención, que estaba siendo sofocada por la culpa. Se preguntaba si algún día le revelaría a Peter el rol que ella tuvo en todo el caos que se desató en su vida a la joven edad de ocho años.
Peter se mostró notablemente sorprendido de verla, y la niña que lo acompañaba de repente parecía estar al borde de las lágrimas gracias a que le habían gritado. Peter se levantó de la cama.
—¿Nat?
Le mostró a Peter una cálida sonrisa. No lo culpaba por no reconocerla. Después de todo, llevaba un vestido, una peluca rubia y lentes de contacto azules. Siempre había sido una maestra del disfraz, y desde que se había convertido en una miembro del equipo de superhéroes más popular del país era parte de su rutina diaria el usar un disfraz cada vez que salía sin querer ser reconocida.
—Hola, pequeño.
Peter sonrió con sus ojos brillando y abrazó a Nat, quien se alegró al ver que los moretones en su rostro—especialmente el ojo morado.—ya empezaban a desaparecer, pero esa alegría se desintegró al ver un reciente rasguño en la mejilla de Peter.
—¿Qué te sucedió?—Preguntó preocupada, agachándose a la altura del niño.
Peter se estremeció, y tanto él como Natasha voltearon a ver a la monja que había acompañado a la Avenger en incógnito.
—Perrie se metió en una pelea con uno de los otros niños.—La hermana explicó. Nat sintió un escalofrío.
—Él lo empezó...—Peter murmuró entre dientes, frustrado, y su humor pareció cambiar rápidamente cuando una vez más estaba sonriendo y tomó a Nat de la mano, jalándola para que fuera con él hacia la niña platinada, quien tenía la mirada baja con timidez.—Ella es Felicia, mi amiga de la que te hablé.
Nat le sonrió a la niña. Parecía ser un poco más joven que Peter, y con su piel pálida, ojos verdes y cabello platinado parecía una hermosa y pequeña muñeca de porcelana. Felicia tenía los puños apretados encima de la falda de su vestido negro, y no levantaba la mirada.
—Felicia, no seas grosera.—La monja dijo, notablemente molesta.—Preséntate.
Felicia levantó la mirada, con sus pálidas mejillas decoradas por un sonrojo.
—Je... Je m'appelle...—Murmuró casi temblando de nervios. Peter miró a Natasha.
—Ella viene de parís. Todavía se está acostumbrando a nuestro idioma.
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Son of the Widow [#1] (Remake)
Fanfiction¿Y si... Natasha Romanoff hubiera adoptado a un joven Peter Parker? [Éste es el remake de una vieja historia mía de mi otra cuenta]