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—Madre, tienes ocho meses de embarazo. No tienes que seguir dándonos clases de ruso.

—Por supuesto que sí tengo. No quiero que ustedes pierdan sus clases solo porque estoy grande como una ballena.—Natasha bufó, acostada en su cama. El otro día Stephen—quien inconscientemente se terminó convirtiendo en su doctor.—había ido a verla, y le recomendó que se mantuviera en reposo hasta que el bebé nazca. Steve y Tony se habían convertido en sus sirvientes, yendo a preguntarle si necesitaba algo y trayéndole todo lo que ella quería, y hace unos días los demás Avengers habían venido con múltiples regalos para el bebé. Carol había tejido un montón de suéteres y horneado galletas que terminaron satisfaciendo los antojos de Natasha. Aquel día Steve y Tony se fueron a una misión juntos, Natasha les había insistido en que podían ir, y ella estaba sola en la cabaña con Peter y Harley.

Los niños le dieron sus cuadernos y ella los miró bien, observando cómo habían escrito las letras en ruso.

—¿Sabes, Nat? Tal vez el tío Bucky pueda ayudarnos con nuestro ruso mientras que estás en reposo...—Harley sugirió.

—Por supuesto que no. James solamente les enseñará las groserías.—Natasha bufó.

Después de varias horas de lecciones Natasha dejó que los chicos se tomaran un descanso y los dos fueron a jugar en el patio de atrás.

—¿Sabes? Hay... algo que he querido decirte...—Peter le dijo a Harley, sonrojándose.

—¿Qué sucede?

—Hay... alguien que me gusta...—Peter apartó la mirada, sonrojando y sonriendo. Harley tardó unos segundos en responder, y cuando lo vio notó que él también estaba sonrojado.

—¿Quién... quién es...?

—Pero no le digas a nadie, ¿de acuerdo?—Los dos hicieron una promesa del meñique. Peter suspiró.—Es... es Pietro.

Harley lo vio en shock.

—¿En... en serio...?

—Sí...—Peter jadeó.—Él siempre me ha parecido cool y asombroso y guapo... y cuando estoy con él mi corazón se pone loco...—Se sonrojó fuertemente con una mirada embelesada.—Sé que él es dos años mayor que yo, así que no sé cómo va a reaccionar cuando le diga... quiero pedirle que salgamos, pero jamás he hecho eso con nadie, mientras que él ya ha salido con varios chicos y chicas... además de que mi mamá dice que no puedo tener ni novios ni novias...—Bajó la mirada, ahora entristecido.

—Así que... ¿qué planeas hacer?

—Creo que voy a decirle cuando cumpla trece. Quiero decir... te conviertes en un adolescente a los trece, ¿cierto? Tal vez así mi mamá nos dejará estar juntos... eso es, si él me acepta.

Harley le sonrió, pero era una sonrisa nerviosa.

—¿Por qué no lo haría? Tú... eres asombroso, Peter...

—Solo dices eso porque eres mi mejor amigo.—Peter rió.

Cuando volvieron a entrar a la cabaña Peter se dirigió hacia la habitación de Nat para ver cómo estaba ella. Nat lo vio con una sonrisa calmada.

—Mi niño, ¿puedes llamar a tus tíos, por favor?

—Uh... de acuerdo. ¿Está todo bien, mamá?

—Sí, no pasa nada. Es solo que se me rompió la fuente.





•••





—¡No se suponía que iba a dar a luz hasta dentro de un mes!

—Steve, por favor relájate.—La Doctora Eloise le dijo, intentando calmarlo. Peter la recordaba por la vez en la que ella había ido a la Torre para que le echara un vistazo, el día después de que Natasha y Clint lo encontraran.—Esto es más natural de lo que crees. Les pasa a muchas mujeres.

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora