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—¿Una cita de juego?—Tony le preguntó a Natasha, mientras que ella lavaba los platos. Aquella mañana Stark había ido al departamento a desayunar con Peter y Nat, y ahora se encontraba sentado en la isla de la cocina, viéndola mientras que bebía café.

—Sí.—Natasha respondió.—La Doctora Maximoff, la terapeuta de Peter, tiene cuatro hijos los cuales siempre se la pasan esperándola en la sala de espera afuera de su oficina,  y Peter mencionó en su última sesión que le gustaría hacer nuevos amigos, así que entre las dos arreglamos una cita de juego.

Tony volteó y vio a Peter sentado en el sofá, jugando en su Nintendo con audífonos puestos.

—Huh, le vendría bien. Se nota que el chico es solitario.

—¿Verdad que sí? Cuando no está en la terapia está aquí conmigo o en la torre Stark. Le vendrían bien unos amigos de su edad, incluso si los niños Maximoff son dos años mayor que él.

—¿Qué no dijiste que él tenía una amiga en el orfanato?

—Sí. Una niña llamada Felicia. Él no me habla mucho de ella, y cuando intento preguntarle si le gustaría que lo llevara a verla evade el tema...—Se encogió de hombros y suspiró.—solo espero que ésta cita de juego salga bien... ese niño necesita amigos.

—Por cierto, ¿cómo fue ayer? ¿En la cena con Steve?

Natasha esbozó una sonrisa.

—Fue muy agradable... Peter y yo tocamos el piano juntos y mientras que comíamos Steve empezó a contar varias historias de su tiempo en la guerra, y Peter quedó fascinado. Parece que ese hombre nació para ser maravilloso con los niños.

Steve sin duda sería un maravilloso padre algún día... con la persona correcta.

Vio a Tony sonreír.

Terminó de lavar los platos y Tony terminó su café. Natasha secó sus manos pasándolas por su pantalón y él y Tony se dirigieron hacia la puerta.

—Gracias por el desayuno y por el café.—Él dijo sonriéndole y sacando de el bolsillo de la chaqueta de su traje un sobre. Nat lo tomó con una sonrisa, sabiendo que contenía un cheque.

—Gracias a ti por el dinero.—Rió entre dientes. Miró hacia Peter, quien parecía haber notado que Tony se estaba yendo, ya que dejó su Nintendo y audífonos de lado y se dirigió hacia los dos adultos.

—Nos vemos, señor Stark.

—Hasta luego Pete.—Tony se despidió, y él y Natasha se despidieron con un pequeño beso en la mejilla antes de que él se fuera.

—Okey pequeño, ve a cambiarte. Nos reuniremos con los Maximoff en una hora.

Peter asintió y se dirigió hacia su habitación. Se cambió de su pijama poniéndose un pantalón de mezclilla y una enorme sudadera con capucha. Parecía disfrutar de la ropa que era demasiado grande para él, Natasha había leído que para algunos chicos trans como Peter les era más cómodo al ser la ropa holgada porque no se notaba mucho su figura y lograba ayudar con la disforia.

Natasha tomó su bolso y se miró en el espejo antes de irse junto con Peter. Tomó la mano de el niño y caminaron hacia el parque cercano al edificio de departamentos en el que vivían. Sentados en una mesa cerca de los juegos de encontraron a la señora Magda Maximoff junto con tres niñas y un niño. Natasha notó que Peter parecía ponerse nervioso y sus mejillas se sonrojaban ligeramente.

—Vamos. No te pongas tímido. Ellos no son diferentes a ti. ¿Quién sabe? Tal vez hoy sea el inicio de una larga amistad.—Le dijo con una sonrisa intentando calmarlo. Peter tragó saliva.

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora