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—¿Es cierto que tú y el señor Capitán solían estar casados?

Natasha volteó a ver a Peter mientras que terminaba de maquillarse. Peter estaba sentado encima de el borde de la bañera, jugando con su Nintendo.

—Sí, lo es. Pero nos divorciamos hace poco.

—¿Por qué?

Natasha apretó ligeramente la mandíbula.

—Cosas de adultos.—Respondió, y luego dijo:—¿Por qué tantas preguntas, pequeño entrometido?

—Lo siento—Peter dijo.—, supongo... tengo curiosidad, es todo...—Quedó callado, con la mirada baja y avergonzada. Luego miró a Natasha y dijo:—Es solo que... supongo que no sé mucho de ti a pesar de que... pues...

Natasha se sorprendió al escuchar eso.

—¿Qué quieres? ¿Saber mi historia de origen?—Vio a Peter con una sonrisa juguetona, y luego se vio a sí misma en el espejo para empezar a trabajar en su sombra de ojos.

—Es solo... uh... ¿estaría bien si te pregunto algunas cosas?

Nat lo pensó durante unos segundos, luego suspiró.

—De acuerdo. Pero—Volteó a verlo.—, hay algo que debes entender, Peter: yo soy alguien con muchos secretos, algunos sobre los cuales ni siquiera los demás Avengers saben, y el que no te los cuente no significa que no confíe en ti, si no que significa que...—Apretó los labios y bajó la mirada.—hay algunas cosas que prefiero no recordar.—Peter la miró sorprendido, y luego asintió.—De acuerdo, entonces: ¿qué te gustaría saber?

—¿Cuál es tu color favorito?

Natasha lo miró con una pequeña sonrisa y una ceja alzada.

—Rojo y negro. Pensé que era obvio.—Volvió a verse en el espejo y siguió trabajando en su maquillaje. Tomó una de las brochas que había estado usando y continuó aplicando la sombra en sus párpados.

—¿Cuál es tu comida favorita?

Sintió un ligero apretón en el pecho.

Medovník.—Respondió. Estaba segura de que esa era su respuesta a pesar de que había pasado un largo tiempo desde que había probado aquel pastel.—Es un pastel de miel ruso...—Recordó sacarlo del horno con un par de guantes y ver a su amor con una sonrisa.—Podría prepararlo para ti. Creo que tenemos todos los ingredientes...

—¿En serio? Cool.—A través del reflejo del espejo, vio que Peter sonreía. Una sonrisa tan dulce como la miel.—También quería preguntar... ¿dónde están tus padres ahora?

Natasha pensó en su padre, un hombre con un alma más fría que un invierno en Rusia, y su madre, una mujer sobre la cual solo había escuchado historias y no tenía memoria alguna, ni siquiera sabía cómo ella se había visto antes de morir, jamás le habían mostrado una foto o retrato de ella, tampoco sabía cómo imaginársela, ya que siempre le habían dicho que ella se parecía más a su padre: el mismo color de ojos, de cabello, y la misma mirada. Ella jamás había tenido a alguien a quien ver como una figura paterna o materna, su padre siempre había estado ausente o muy ocupado, y había sido criada por las sirvientas de la mansión en la que había crecido, sin mencionar que la persona que se suponía debía de haberla cuidado y protegido era la que más la odiaba.

—Ambos están muertos. Mi madre murió en el parto cuando nací, y mi padre murió no mucho después de que dejara Rusia y me uniera a Shield.—Respondió con simpleza, sin mostrarse ni triste ni dolida por ambas muertes. Jamás había formado una buena relación con su padre, y las memorias que tenía con él no eran del todo dulces y alegres, así que cuando escuchó de su muerte, no se sintió triste, no rompió en llanto ni entró en luto, solo le sorprendió el escuchar cómo y ante las manos de quién había muerto.

—Oh.—Peter se mostró sorprendido al escuchar eso.—Y... ¿por qué dejaste Rusia?

—Eso es privado.

Peter palideció ligeramente.

—L-Lo siento...

—Está bien. Puedes seguir preguntando si quieres.—Le sonrió para mostrarle que no estaba molesta.

—E-Entonces... también quería preguntar... ¿siempre quisiste ser Black Widow?

Esa pregunta le sorprendió. Ante los oídos de Natasha, eso se había escuchado como preguntarle si siempre había sido alguien quien había asesinado, engañado, mentido, robado. Pero Peter tenía una imagen diferente de ella en su mente, el pequeño la veía como una heroína, como un ángel. Le entristecía saber que esa imagen se desvanecería si Peter supiera toda la verdad.

—No.—Respondió.—Cuando era pequeña, quise ser una bailarina.—Respondió simplemente.—No es por presumir, pero soy muy buena en ballet... me imaginaba a mí misma con un hermoso atuendo y bailando ante una gran audiencia, y al final de cada show todos aplaudían y lanzaban flores al escenario.—Sonrió con melancolía. Al terminar con su sombra de ojos, empezó a trabajar en sus labios.—¿Algo más que quieras preguntar?

—Sí... ¿tienes algún hermano o hermana?—Preguntó con una sonrisa inocente.—¿Un tío o tía o primos del que deba saber?

Natasha sintió como si la hubieran apuñalado en el pecho, y Peter lo notó. Vio a través del reflejo que la expresión de el niño cambiaba a una preocupada.

—¿Nat?

—N-No.—Tragó saliva.—Soy hija única.—Volteó a ver a Peter, apretando la mandíbula, aguantando lágrimas. Él se levantó de la bañera.

—Yo... uh... iré a mi cuarto...





•••





—¿Te acuerdas de la agente Jones? Ella será tu niñera ésta noche.

Jessica saludó a Peter con una sonrisa. Era la primera vez que Nat veía a la joven agente usando algo que no fuera su uniforme de agente de Shield. La joven era alta y delgada, y con el cabello negro como un cuervo.

—Hey, Pete. ¿Cómo estás, niño?—Jessica saludó.

—Uh, estoy bien, Agente Jones...

—Puedes llamarme Jess.

—Jessica, gracias por aceptar cuidar de Peter por ésta noche.—Natasha le dijo.—No podía dejarlo en la torre Stark, todos los demás Avengers están ocupados hoy. Sé que probablemente no es así como esperabas pasar tu noche libre...

—Agente Romanoff, está bien.—Jessica le dijo.—. De hecho me honra que usted confíe en mí para cuidar de Peter.—Miró al niño.—Estoy segura de que la pasaremos bien. Soy muy buena con los niños, siempre cuido de mi hermana menor.

Natasha le sonrió a Jessica.

—De verdad te lo agradezco, Jess.—Tomó su chaqueta de cuero de encima de el sofá, y se la puso encima de su vestido negro.—La cena está en el horno, pero si quieren ordenar algo como una pizza les dejé dinero. Peter y yo fuimos a comprar DVDs ayer, así que pueden ver una película si quieren. Jess, por favor, no dejes que nadie entre. Si tocan la puerta o algo pasa, llámame de inmediato.—Fue hacia Peter y se agachó a su altura.—Pórtate bien, ¿de acuerdo? Nos vemos en unas horas.

Peter asintió, y se dieron un pequeño abrazo antes de que Natasha se fuera de el departamento. Mientras que caminaba por el pasillo de el edificio, sentía su corazón latir por nervios, no solo por imaginarse cómo terminaría o qué pasaría durante aquella cena con Steve, si no también por su temor de que algo le pasara a Peter, después de todo, esa era su primera vez dejándolo ante el cuidado de alguien más desde que lo había adoptado.

Lo único que podía hacer era confiar en la Agente Jones, y esperar lo mejor.

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora