Son of the Widow [#1] (Remake)

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—¿Te sientes nervioso?—Natasha le preguntó mientras que ambos subían al auto.

—Un poco...—Peter confesó, y Natasha notó que él jalaba el borde de las mangas de su camiseta. Por alguna razón, Peter siempre usaba ropa de manga larga, incluso el vestido que había estado usando cuando lo encontraron era de manga larga. Natasha nunca había visto sus antebrazos.—¿Tú alguna vez has ido a terapia?—Peter preguntó con curiosidad.

—Lo hago. Aveces.—Ella confesó. Con el tipo de trabajo que tenía, lo necesitaba de vez en cuando.—Es bueno tener a alguien con quien hablar.

—¿Qué hay de tus amigos?

Nat se sorprendió al escucharlo preguntar eso, y suspiró. Volteó a ver a Peter.

—Confío en ellos, pero... hay simplemente algunas cosas de las que no puedo hablar con ellos.—Se encogió de hombros.—Te va a ir bien, Peter. No tienes nada de qué preocuparte. Oí que la doctora Maximoff es una experta.

•••

Ella tomaba de la mano a Peter mientras que caminaban hacia la oficina. Tras llegar tocó la puerta y ésta fue abierta por una mujer de cabello castaño y sonrisa amable.

—Tú has de ser el pequeño Peter.—Dijo la mujer agachándose para llegar a la altura de Peter, quien sonrió con timidez.—¿Cómo estás hoy?

—Uh... bien, supongo.—Peter se encogió de hombros.

—Mi nombre es Magda, pero puedes llamarme señora Maximoff. Es bueno conocerte.

La mujer se levantó y miró a Natasha sin dejar de sonreír.

—Como usted sabe, los padres no pueden estar presentes durante la cita. Es libre de quedarse en la sala de espera si quiere.

—Lo haré, gracias.—Nat respondió, y miró a Peter. Se agachó y le susurró.—No te sientas nervioso, ¿de acuerdo? No tienes que decir nada si no quieres. Estaré aquí afuera, y nos iremos en cuánto quieras.

Peter asintió, y le dio un pequeño abrazo a Nat antes de entrar a la oficina junto con la señora Maximoff.

Nat suspiró, sintiendo una oleada de ansiedad recorrer su cuerpo al ser separada de Peter. Fue a la sala de espera al lado de la oficina y vio a cuatro personas más ahí: tres niñas y un niño que parecían ser alrededor de la edad de Peter, sentados en el suelo a pesar de que todas las sillas estaban disponibles y los cuatro jugando algo en sus consolas de Nintendo. Viéndolos un tanto extrañada, se sentó y arregló su capucha y sus lentes de sol.

—Uh... ¿Sus padres los dejaron aquí solos?—Preguntó.

—No. Estamos esperando a que nuestra mamá termine con su consulta.—Sin levantar la mirada de su videojuego, una de las niñas le respondió. Ésta sobresalía de más entre el grupo, por su piel tan pálida y su cabello completamente blanco. Las otras dos niñas y el niño también eran un tanto pálidos, pero no tanto como ella. Natasha se aclaró la garganta y sin decir nada más, se puso a esperar a que Peter estuviera listo para irse.

•••

—¿Es ésta tu primera vez yendo a terapia?—La señora Maximoff le preguntó a Peter mientras que él se sentaba en un sofá. En la mesa en frente de él habían cosas como bloques de construcción y rompecabezas.—Puedes jugar un poco, si quieres.