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Peter estaba tan feliz de ver a los Maximoffs otra vez después de tantos meses. Sus amigos lo recibieron con abrazos y risas y fueron a la habitación de Pietro para que pudieran hablar en privado.

—¿Acaso te pusiste más alta desde la última vez que te vi?—Peter le preguntó a Loraine, viéndola de pies a cabeza.

—Eso o tú te pusiste más enano.

—Si crees que ella es alta, hubieras visto a las demás mujeres del lado de su familia.—Wanda rió.—Teníamos que ponernos de puntillas y estirar el cuello para poder verlas.

—Sí Lori. Tu tía Ludmilla era toda una milf. Que en paz descanse.—Pietro rió.

—No te olvides de la prima Alina.

—O de la tía Elizaveta o la tía Margaretha. Gracias a éste viaje pudimos descubrir por qué Loraine es tan hermosa. Y pálida. Y alta.

—Y que lo más seguro es que tendrá el pecho grande cuando llegue la pubertad.

El rostro de Loraine se puso rojo de ira y golpeó fuertemente a Pietro en el rostro. Wanda y Lorna rieron.

—La tía Ludmilla también me escupió en el rostro la primera vez que me vio y la prima Alina tiró agua sucia encima de mí.—Gruñó y se cruzó de brazos.—No puedo creer que todos me odiaban tanto. No es mi culpa que mi padre tuviera un amorío con la sirvienta y la embarazara.

—Dios Loraine. Tu vida realmente es como las novelas que ve mamá.—Lorna me dijo. Loraine le mostró el dedo de en medio.

—¿A quién le importa? Están muertos. Tú tienes la herencia. Ganaste, Loraine.—Ella y Pietro chocaron los puños.

—Suena como un final feliz para mí. 

—Sigo sin creer que toda tu familia murió.—Peter dijo, sintiendo un escalofrío.

—Meh, se lo merecían si me preguntan.—Loraine se cruzó de brazos.—Y ellos no eran mi familia. Por última vez. Especialmente esos dos, Isaak y Nikolai. Esos malditos le daban escalofríos. Eran gemelos que se vestían igual, tenían el mismo corte, caminaban y hablaban de la misma forma. ¡Algunas veces hasta hablaban al mismo tiempo, como las malditas gemelas de El Resplandor! Quería vomitar.

—Espera, ¿El Resplandor?—Peter la vio con los ojos abiertos con sorpresa.—¿tu mamá te deja ver películas de terror?

—¿La tuya no?

—Por lo menos nosotros tres nos esforzamos para poder diferenciarnos.—Dijo Pietro cruzándose de brazos, refiriéndole a él, Wanda y Lorna.

—Sí—Lorna miró a Peter.—, no sabes cuánto me costó convencer a mí mamá que me dejara teñirme el pelo de verde. Estaba harta de que me confundieran con Wanda.

—¡Ustedes dos parecían clones!—Loraine rio fuertemente. Wanda y Lorna fruncieron el ceño.

—¿Y qué hay de ti, Pietro?—Peter le preguntó con curiosidad.—¿También te pintas el pelo?

—No, mi gris es natural.

—¿En serio? ¿Por qué?

—No sabíamos hasta que fuimos a Sokovia. Resulta que es una condición que algunos de los hombres en nuestra familia tienen.—Pietro explicó.—Tengo un tío abuelo y varios primos que también tienen gris natural.

—¡Oh, Peter! ¡Casi se nos olvida decirte!—Wanda exclamó. Corrió hacia su mochila y sacó una foto. Fue hacia Peter y él se sorprendió al ver a tres personas muy parecidas a los trillizos. Dos niñas y un niño.—Resulta que nuestra mamá también es una trilliza, ¿puedes creerlo?

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora