Son of the Widow [#1] (Remake)

16

Peter sentía un ligero rubor en sus mejillas mientras que observaba a Loraine patinar encima de la acera en frente de la casa de los Maximoff.

—Tu hermana es taaaaaan cool, Pietro.—Peter le dijo al de cabello castaño, quien estaba sentado a su lado en el césped.

—Meh, ella solo es presumida.—Pietro dijo encogiéndose de hombros. Loraine lo vio con una sonrisa burlona.

—Tú solo estás celoso.

—Pero hablo en serio, Loraine. Eres la única chica que conozco que tiene una asombrosa colección de figuras de acción, sabe tocar la guitarra eléctrica y sabe andar en patineta.

—Cualquier cosa que un chico sepa hacer, yo puedo hacerla mejor.—Loraine dijo con una sonrisa presumida.

—Ahí va otra vez. Presumiendo.—Pietro bufó. Loraine le mostró el dedo de enmiendo a Pietro y se dio la vuelta, empezando a patinar rápidamente en medio de la calle.—¡Hey, Lori! ¡Ten cuidado! ¡Sabes que a mamá no le gusta cuando sales de la acera!

Loraine ignoró a Pietro y siguió impulsándose más, aumentando la velocidad en la que patinaba al mismo tiempo que hacía un par de trucos en la patineta.

Peter jadeó al ver que un auto se dirigía hacia Loraine en medio de la calle.

—¡Loraine, cuidado!–Exclamó con temor. Loraine jadeó y volteó hacia el auto, el cual se estaba acercando cada vez más rápido.

Pietro se levantó y Peter se sorprendió de la rapidez en la que él corrió hacia Loraine y la empujó, haciendo que ella cayera boca abajo al suelo. Se escuchó un crujido causado por la patineta de Loraine ser aplastada bajo las ruedas del auto. Peter se sintió palidecer y cuando el auto se alejó corrió hacia Pietro y Loraine, ambos jadeando mientras que se sentaban en la calle. Su nariz parecía haberse roto y no paraba de sangrar, y tenía raspones en las palmas de sus manos.

—¡Mierda!—Loraine chilló, y pareciendo no importarle el estado en el que ella se encontraba, se levantó y fue corriendo a tomar las dos piezas en las que su patineta había sido destrozada.—¡Ay, no! ¡Mamá me la dio como un regalo de adopción!

—Lori...

La sangre se deslizaba por los labios, barbilla y cuello de Loraine, pero de repente el sangrado paró, y Peter observó en shock mientras que la nariz de Loraine se movía, era como si los huesos rotos estuvieran re acomodándose, hasta que su nariz parecía estar perfectamente sana a pesar de estar cubierta de sangre. Loraine miró a Peter, jadeó en shock y soltó las partes de su patineta, dejándolas caer al suelo y se tapó la nariz con las manos. Peter miró a Pietro, quien estaba más pálido de lo que ya era y se mostraba en shock.

—¿Niños?—Los tres voltearon a ver a Magda y a Natasha, quienes estaban saliendo de la casa.—¡OH, POR DIOS!—Magda gritó al ver la sangre en el rostro de Loraine y corrió hacia su hija. Natasha también jadeó y corrió hacia Peter.

—¡¿Qué sucedió?!—Nat exclamó nerviosa mientras que se ponía a revisar el cuerpo de Peter por alguna herida al mismo tiempo de que Magda sacaba un pañuelo de su bolsillo y se ponía a limpiar la sangre de Loraine. Pietro se había levantado de el suelo y miraba a su madre apenado. Se agachó para poder tomar la patineta de Loraine.

—Y-Yo estoy bien, no te preocupes...—Peter le dijo a Natasha, aún en shock por lo que acababa de ver.

—Mamá, lo siento, por favor no te enojes...—Loraine le suplicó a Magda mientras que empezaba a llorar, y la mujer gritó horrorizada cuando le explicaron lo que había pasado.

Volvieron a entrar a la casa y Peter y Nat observaron incómodos mientras que Magda tomaba de las orejas a Pietro y Loraine y los arrastraba mientras que gritaba que nunca más iba a dejarlos salir de la casa, pero momentos después cuando ya había limpiado la sangre de el rostro de Loraine se encontraba sentada en la mesa de el comedor, arreglando la patineta usando cinta adhesiva gris. Magda murmuraba algo entre dientes, Pietro y Loraine estaban sentados a sus lados, ambos mostrándose entristecidos. Wanda y Lorna también estaban sentadas en la mesa, notablemente preocupadas, pero ninguna decía alguna palabra.

—¿Seguro que estás bien?—Natasha le preguntó a Peter, aún preocupada, ella y Peter estaban sentados en el sofá de la sala.

—Hablo en serio, a mí no me pasó nada... solo estoy preocupado por Pietro y Loraine.—Sentía una rara sensación al recordar el haber visto la nariz de Loraine curarse por sí misma, no estaba seguro si lo que había visto era cierto o un producto de su imaginación, pero...

Natasha se levantó de el sofá y fue hacia la mesa del comedor.

—Magda, muchas gracias por invitarnos a su hogar, pero creo que Peter y yo ya debemos irnos.

—¡NO!—Los cuatro pequeños Maximoffs exclamaron al mismo tiempo levantándose de la mesa, y Peter se sorprendió al escuchar eso. Magda vio con el ceño fruncido a sus hijos.

—Niños...

—¡Por favor, señora Romanoff!—Loraine vio a Natasha suplicante.—¿Puede Peter quedarse a ver una película? ¡Por favoooor!

—No sería como una pijamada... no tendría que quedarse a dormir aquí si no quiere...

Magda miró a Natasha como disculpándose por el comportamiento de sus hijos. Nat miró a Peter, quien le sonrió.

—Por favor, ¿puedo quedarme?

Natasha suspiró. Miró a Magda.

—No hay problema conmigo.

Nat sonrió de lado y miró a Peter

—De acuerdo. Vendré por ti en unas horas.

Peter sonrió ampliamente al igual que los Maximoffs lo estaban haciendo.

—¡Iré a preparar las palomitas!—Wanda exclamó corriendo hacia la cocina.

—¡Yo las máscaras faciales!—Lorna dijo.

—Yo iré a escoger la película. Deberíamos verla en el sótano.—Pietro dijo levantándose de la mesa.

—Iré contigo. Soy la que mejor gusto tiene en películas.—Loraine dijo sonriendo de lado.

—¡Nada que vaya después de PG-13!—Magda exclamó con firmeza mientras que seguía pegando las partes de la patineta de Loraine usando cinta adhesiva.

—Pórtate bien, ¿de acuerdo?—Nat le dio un pequeño abrazo a Peter y se despidieron antes de que ella se fuera. Peter acompañó a Pietro y Loraine al sótano para poder escoger una película y una vez entraron al sótano, Loraine fue hacia Pietro y le besó la mejilla.

—Gracias por salvarme ahí afuera.

Pietro le sonrió a Loraine y asintió.

Mientras que buscaban entre las cajas de la colección de dvds de Pietro para poder encontrar una película, Peter se acercó a Loraine y le susurró:

—Uh... Lori... ¿qué pasó ahí afuera?

Ahora que le habían limpiado la sangre, Loraine se veía como si jamás hubiera tenido un accidente afuera en la calle hace menos de una hora. En su cara no había señal alguna de un moretón o cicatriz y los raspones en sus manos habían desaparecido por completo. Loraine suspiró y le susurró a Peter:

—Te lo explicaré algún día.