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El día siguiente al cumpleaños, Natasha sorprendió a Peter llevándolo al que, según ella, sería el nuevo departamento de los dos.

—¿Qué te parece?—Nat le preguntó, sonriéndole.

—Es... más grande que el anterior.—Peter dijo, mirando a sus alrededores.

—Así mejor. Tendremos más espacio. Hasta hay una habitación extra, por lo que tú y tus amigos podrán hacer pijamadas si quieren.—Peter sonrió al escuchar eso.—También está más cerca de la Torre, así que siento que así estaremos más protegidos.

—¿Y por qué no simplemente vivimos en la Torre?—Peter preguntó.

—Temo del riesgo de un ataque de villanos.—Natasha respondió, suspirando.—El mantenerse escondido es mejor. Es... más seguro...—Al notar que Peter se mostraba un poco asustado, se aclaró la garganta.—Deberías empezar a empacar cuando volvamos. Mientras más rápido nos mudemos aquí, mejor.

Cuando volvieron a la torre, mientras que salían del ascensor, Natasha sorprendió a Peter diciendo:

—¿Sabes? Deberías empezar a pensar qué quieres que hagamos para tu cumpleaños.

Peter la vio, de repente pálido.

—¿En serio?

—Sí.—Natasha sonrió ampliamente. Puede que no llevaran tanto tiempo siendo una familia, apenas unos meses de hecho, pero era obvio que le emocionaba pasar el cumpleaños de Peter con él por primera vez.—Cumplirás nueve. ¿Estás emocionado?

—Yo...—Peter miró el suelo, entristecido, y sintió la mirada preocupada de Nat encima de él.

—¿Petey?—Se agachó a la altura de Peter.—¿Está todo bien?

Peter le dio la espalda a Natasha.

—Iré a recostarme un poco. No me siento bien.

Natasha no dijo nada mientras que veía a Peter irse.





•••





Chilló mientras que la mujer lo empujaba dentro de la habitación. Tropezó y cayó de rodillas encima de la alfombra.

—¿Por qué me obligas a hacer esto?—Sollozó mientras que se sentaba encima del suelo. No se molestó en retirar su cabello de su rostro.—Solo tú tienes la culpa. Tú te lo buscaste. Yo solo quería darte una gran y alegre fiesta de cumpleaños. Invité a todas las niñas del vecindario. Tu padre y yo gastamos dinero en las decoraciones y el pastel, ¿y tú qué haces? Arruinarlo todo. Como siempre lo haces. ¿Por qué me obligas a hacerte esto, Perrie?

Peter sollozó mientras que abrazó sus piernas contra su pecho. Cerró los ojos, deseando con todas sus fuerzas el poder desaparecer de ahí, que algún superhéroe entrara y lo salvara de aquel lugar. Pero nadie vendría por él. Justo como había esperado, cuando volvió a abrir los ojos, Mary estaba parada en el umbral de la puerta, sosteniendo un cuchillo en una de sus manos.

—Quítate la ropa. Ahora.

Peter salió de la ducha, en el baño de su habitación en la Torre de los Avengers. Se cubrió con una toalla y tomó una más pequeña para secar su rostro. Se vio en el espejo, y suspiró viendo las cicatrices en sus brazos y en otras partes de su cuerpo, su torso, su estómago... como si fuera una película, en su mente empezaron a aparecer todas las veces en las que ellos las habían causado, y sintió una desagradable sensación recorrer su cuerpo.

—Está bien...—Susurró para sí mismo, intentando relajarse.—Ellos están muertos. Están ardiendo en el infierno.—Dijo el mantra que se decía cada vez que sus sentimientos se descontrolaban y se ponía a pensar en sus padres.—Están muertos. Jamás volverán a lastimarme.

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora